02 DE ENERO: UN DÍA CÓMO HOY FALLECIÓ LA GRAN AMANDA LABARCA
Amanda Crispina del Carmen Pinto Sepúlveda, más conocida como “Amanda Labarca”, fue una docente, escritora y activista feminista, reconocida por ser la primera mujer en ser profesora titular de la Universidad de Chile. Consagró gran parte de su obra al estudio de la educación en Chile, además de desarrollar diversas investigaciones sobre literatura castellana. Fue defensora del sufragio femenino y fundó el “Círculo de Lectura”, que se constituyó como una herramienta de formación intelectual y política para las mujeres de su época.
Este día el país entero la recuerda con gran cariño, ya que un 02 de enero de 1975, falleció en Santiago a los 88 años de edad, dejando su legado en múltiples publicaciones en favor de los derechos de la mujer y sobre temas de educación.
UNA MUJER ADELANTADA A SU ÉPOCA
Labarca, nacida en 1886 fue una mujer adelantada a su tiempo en muchos sentidos. En 1903 ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile y dos años más tarde obtuvo el título de profesora de Estado de Castellano. Desde ahí partió una carrera que la llevó a dirigir escuelas y liceos, además de perfeccionar sus estudios en Columbia y La Sorbona. Estas experiencias le permitieron entrar en contacto con las ideas de avanzada sobre educación y feminismo.
A su regreso a Chile, en 1915, creó el “Círculo de Lectura”, una iniciativa clave para el movimiento feminista chileno. Hasta entonces, las mujeres se agrupaban en torno a labores de beneficencia en organizaciones como la Cruz Roja o la Fundación Gotas de Leche. En cambio, el “Círculo de Lectura” promovía el perfeccionamiento cultural de la mujer, mediante charlas y conferencias, para así ubicarla en el panorama de las problemáticas contemporáneas.
A los 36 años consiguió lo que ninguna mujer en Chile ni en Latinoamérica había logrado: hacer clases en una universidad. En 1922, fue nombrada profesora extraordinaria de Sicología de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Educación de la Universidad de Chile. En paralelo, abogó activamente por los derechos políticos y civiles de las mujeres, como el sufragio femenino y la posibilidad de administrar sus propios bienes.
Las ideas pedagógicas de Amanda Labarca también fueron de avanzada para su época. En 1943 publicó su libro “Bases para una política educacional”, donde plantea cuatro ejes que deben orientar la Educación, una propuesta que se asemeja a los cuatro pilares de la educación para el siglo XXI que planteó, 50 años después, Jacques Delors en el informe “La Educación encierra un tesoro”: aprender a conocer, hacer, a convivir y a ser.
Medio siglo antes de eso, Labarca planteaba que “los objetivos docentes podrían resumirse así: la escuela debe ayudar al hombre a crecer, multiplicarse y progresar, para lo cual, fundamentalmente es preciso habilitarse para vivir, subsistir, convivir, crear y creer”.