La nueva plazoleta Nayra Pacha fue inaugurada en Pozo Almonte como un espacio verde destinado a mejorar las condiciones ambientales y promover el bienestar de la primera infancia. El proyecto, impulsado por CONAF, el municipio y la comunidad educativa del jardín Inti Phaxsi, incorpora árboles, cercos vivos y vegetación para mitigar el polvo y el clima del desierto, fomentar la educación ambiental y fortalecer entornos protectores para niñas y niños.
Bajo un sol que cae como un martillo sobre la pampa y con el viento levantando arenas cargadas de historia, la comuna amaneció con un nuevo símbolo de esperanza: la plazoleta Nayra Pacha, un espacio verde que —como un espejismo hecho realidad— irrumpe en medio de la aridez tarapaqueña para reinventar el paisaje cotidiano de niñas y niños.
Lejos de ser simplemente un jardín o un puñado de plantas ornamentales, Nayra Pacha se levanta como un proyecto que lleva tres meses germinando en trabajo comunitario, planificación ambiental, sueños colectivos y una cruzada silenciosa contra el polvo, la desprotección climática y la falta de espacios verdes en una de las comunas más secas del norte de Chile.
UNA PLAZOLETA QUE NACE DE LA TIERRA… Y DE LA GENTE
Lo que comenzó como una idea tímida —un “muro viviente” para frenar ventoleras y polvo en suspensión— terminó convirtiéndose en un proyecto de infraestructura verde que, a través de árboles, cercos vivos y vegetación resistente, busca replantear la infancia en contextos climáticos adversos.
No es casual que su nombre, Nayra Pacha, evoque raíces andinas: “tiempo” y “mirada al futuro”. Un mensaje contundente para una comuna que apuesta a cambiar su destino desde los más pequeños.
EL DÍA QUE POZO ALMONTE SE UNIÓ
En la inauguración no solo hubo discursos y cintas: hubo emoción.
Allí estuvieron:
- la directora regional de CONAF Tarapacá, Natalia Ortega,
- la directora ejecutiva de Fundación Niños en la Huella, Patricia Díaz,
- la directora del Jardín Infantil Inti Phaxsi, Katherine Sanquea,
- representantes municipales,
- docentes,
- apoderados,
- y —los protagonistas absolutas— niñas y niños que corrieron, tocaron y celebraron la tierra.
La jornada no fue un acto burocrático. Fue una fiesta ambiental: con manos pequeñas enterrando mioporo, lágrimas de virgen y begonias, con adultos sosteniendo palas mientras los más pequeños dirigían la obra como arquitectos espontáneos del futuro verde que desean.
VOCES QUE HABLAN DE ALIANZAS, NO DE PROMESAS
Patricia Díaz lo sintetizó con una claridad profundamente política, pero nacida desde la comunidad:
“La plaza es una excusa para recordar que los sueños colectivos sí cambian lo posible.”
Una frase que rompe con el clásico discurso institucional y que abre otra lectura: Nayra Pacha no fue impuesta; fue construida.
Por su parte, la directora de CONAF, Natalia Ortega, no dejó pasar la oportunidad para reforzar un punto clave:
“La primera infancia no solo aprende del entorno: lo transforma.”
Una idea que pone a niñas y niños no como beneficiarios, sino como agentes activos en la educación ambiental.
Y hubo otro componente fundamental que marcó el pulso del día: el enfoque de género.
Madres, cuidadoras y mujeres de la comunidad educativa estuvieron en primera línea en la siembra, gestión y ejecución.
El futuro verde, aquí, tiene rostro femenino.
¿POR QUÉ ESTE ESPACIO IMPORTA?
Porque no solo se trata de:
✔ plantar árboles
✔ instalar bancas
✔ hermosear un terreno
Se trata de algo más profundo:
🔹 combatir el polvo en suspensión
🔹 crear microclimas que reduzcan temperaturas extremas
🔹 ofrecer sombra y protección a la infancia
🔹 introducir educación ambiental desde la primera etapa
🔹 unir comunidad y municipio en un proyecto real
Y todo ello, en una zona donde la naturaleza no regala nada, pero la gente insiste en hacerla florecer.
UN ANTES Y UN DESPUÉS
Pozo Almonte amaneció distinta.
Un desierto toca el borde urbano, pero ahora hay un respiro verde.
La plazoleta Nayra Pacha no es un lujo.
No es adorno.
No es moda.
Es resistencia.
Es educación.
Es adaptación.
Es comunidad.
Es una respuesta concreta a la pregunta:
¿cómo cuidar la infancia en tiempos de cambio climático?
Y LO QUE VIENE…
Con el crecimiento de los árboles, este espacio promete convertirse:
- en barrera contra ventoleras,
- en refugio natural para niñas y niños,
- y en aula verde para aprender jugando.
Un pequeño oasis que hoy se inaugura, pero que mañana puede marcar el destino ambiental de Pozo Almonte.
Porque a veces, las grandes transformaciones no comienzan con leyes ni discursos.
Comienzan con tierra húmeda en las manos de un niño.
