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EL CÁNCER SE PROYECTA COMO LA PRIMERA CAUSA DE MUERTE EN LOS CHILENOS

Durante los últimos 20 años, el cáncer se ha transformado en una las principales causas de mortalidad a nivel mundial. Según estudios recientes de la OMS, en 2020 se registraron casi 10 millones de fallecimientos por esta enfermedad. Se prevé que, con las actuales tasas de crecimiento, cambios en los estilos de vida y envejecimiento de la población, para el 2040 habrá un incremento de 60% en el número de casos, llegando a 21,7 millones de nuevos diagnósticos de cáncer y 13,1 millones de muertes asociadas a esta enfermedad”.

En Chile, el avance del cáncer también ha sido sostenido durante las últimas décadas. La mortalidad por cáncer ha aumentado en 109% entre los años 1986 a 2016. El Departamento de Estadística e Información en Salud (DEIS) señaló que, en el año 2016, el cáncer fue la segunda causa de muerte en Chile, seguido por las enfermedades cardiovasculares (ECV). Sin embargo, en regiones como Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Maule, Biobío, Los Lagos y Aysén, el cáncer fue la primera causa de muerte”.

De acuerdo a cifras de Global Cancer Observatory (GLOBOCAN), en Chile, durante el año 2020, se diagnosticaron 54.227 nuevos casos y alrededor de 28.584 muertes producto de esta enfermedad.

En 2019, el boletín de Estadísticas Vitales, publicado por el INE, anunció un preocupante hito: por primera vez desde que hay registros en el país, el cáncer se convirtió en la principal causa de muerte entre los chilenos, superando a las muertes por tumores. Entre los principales factores que inducirían ese crecimiento figura el envejecimiento demográfico del país, pues la edad es uno de los factores de riesgo asociados al desarrollo del cáncer.

Sobre este tema, Francisco Vidangossy, Director de la Fundación Cáncervida, apunta a que el país enfrenta problemas propios de países en vías de desarrollo. “Entre otras cosas, Chile tiene un aumento en la población adulto mayor, existen los mismos problemas sanitarios de un país desarrollado, con altas exigencias laborales, stress, mala nutrición, sobre medicamentado, alto nivel de obesidad, alto nivel de consumo de alcohol, y sedentarismo, todos factores que crean un perfil pro cáncer, una mala política de prevención y de educación al respecto. Eso nos llevó a que, hoy, el cáncer sea la primera causa de muerte en Chile”, afirmó.

La importancia de la prevención y la detección a tiempo

Recientemente, la Unión Internacional Contra el Cáncer hizo un llamado: “más de un tercio de los casos se puede prevenir”. En este punto, la doctora y hermatóloga Pilar León Maldonado, especifica: “en los tumores sólidos se puede dar la prevención. Según el tipo de screening (búsqueda de la enfermedad en una población) puedes tener un diagnóstico en un estadio muy inicial y ahí puedes hacer un tratamiento y prevenir. Existen screening aprobados como la mamografía para el cáncer de mama, el papanicolau para el cáncer cérvico uterino, o la colonoscopía para el cáncer de colon”.

Sin embargo, existen cánceres que no tienen prevención, y entre los cuáles se incluyen los denominados “tumores líquidos”: en esta tipología, la detección precoz es fundamental. “En la oncohematología, el screening, sería un chequeo rutinario de salud una vez al año con exámenes generales que incluyan un hemograma (análisis de sangre) y consulta precoz. Luego, acudir a un especialista”, puntualiza la doctora León.

Es en el mundo de los tumores líquidos donde aparecen los distintos tipos de leucemias como la leucemia mieloide aguda, más común en adultos (o la leucemia linfoblástica, más propia de niños y adolescentes), o la leucemia mieloide crónica. Por su categoría de “urgencia”, la leucemia mieloide aguda debe ser diagnosticada cuanto antes y tratada inmediatamente, a fin de lograr el mejor pronóstico posible. En las leucemias crónicas, en tanto, es clave que el paciente cumpla el tratamiento y que no se vea interrumpido el suministro de la medicación.

Al respecto, la doctora Pilar León -que actualmente se desempeña en el Hospital Van Buren, detalló los diferentes tratamientos que actualmente se brinda a los pacientes. “La leucemia aguda requiere un tratamiento de quimioterapia intensiva, con hospitalización del paciente. Para la mieloide crónica desde hace años se usa un tratamiento oral que ha tenido muy buena respuesta; también existen tratamientos de nueva generación que ayudan mucho en caso de mutaciones, son fármacos a los que tenemos acceso y que están en el GES. Pero, la leucemia linfática crónica aún recibe tratamientos más convencionales, la cobertura que tenemos ahora es solo quimioterapia convencional”.

Los nuevos tratamientos target o moleculares

Durante la última década se han desarrollado tratamientos orales -también denominados tratamientos target o moleculares- con muy buenos resultados y que mejoran la calidad de vida del paciente. Se subdividen en tratamientos orales finitos y permanentes, los cuales se utilizan, en teoría, hasta la progresión de la enfermedad o intolerancia del paciente. El gran problema es su alto costo y que aún no cuenten con cobertura estatal para el sistema público, pues no están incluidos ni en el GES ni en la Ley Ricarte Soto.

Sin embargo, a juicio de la doctora León, se pueden generar otras vías para facilitar su acceso. “Se evalúa que, ojalá en poco tiempo, se incluyan entre drogas de alto costo, que es otra forma de financiamiento. Hoy se hace difícil prescribir estos fármacos, porque si uno lo hace, el financiamiento, o es por parte de la caja chica del hospital, o de forma particular del paciente”.

Respecto al tipo de modelo de acceso al tratamiento para el cáncer, Francisco Vidangossy es claro: “Se debe eliminar todo tipo de discriminación en salud vía nueva Constitución con un modelo de acceso universal, sin distingo alguno, con recursos y sin fines de lucro”.
Respecto a los nuevos tratamientos, el también director de Oncosummit es optimista, “El cáncer y su entorno terapéutico ha avanzado muchos estos últimos 10 años, incluido diagnósticos de precisión y terapias dirigidas. Esto, por supuesto, incluye a tecnologías sanitarias de innovación, que han permitido no solo una buena calidad de vida e incluso la curación, sino además la esperanza de miles de pacientes”.

Por su parte, la doctora León complementa: “Se habla un poco de la medicina personalizada, que se extiende al cáncer. Ya no se trata de hacer como un tratamiento estándar para todos los pacientes con un tipo de cáncer, sino de hacer estudios moleculares para un tratamiento más dirigido, darle a cada paciente el tratamiento que mejor le va a ponderar. A lo que vamos, es a una medicina más personalizada con un estudio más profundo de la enfermedad que tenga el paciente. Eso es el futuro”.

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