PRIMER DÍA DEL CÓNCLAVE TERMINÓ CON «HUMO NEGRO» Y SIN LA ELECCIÓN DE UN NUEVO PAPA

Una espesa columna de humo negro emergió este miércoles desde la chimenea de la Capilla Sixtina; señal inequívoca de que el primer día del cónclave no logró producir un nuevo Sumo Pontífice para la Iglesia Católica.
Fue una larga espera que comenzó tras el Extra Omnes ; la fórmula latina con la que se cierran las puertas de la Capilla Sixtina para el inicio del Cónclave. En el interior, los 133 cardenales escucharon la meditación del padre Raniero Cantalamessa, predicador emérito de la Casa Pontificia y, luego, comenzó la preparación y distribución de las tarjetas por parte de los maestros de ceremonias que fueron llamados a la Capilla junto al secretario del Colegio Cardenalicio, Mons. Ilson de Jesus Montanari, y el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Mons. Diego Ravelli. A continuación se hizo un sorteo para elegir tres escrutadores, tres infirmari – los delegados encargados de recoger los votos de los enfermos – y tres oyentes, y luego la votación.
La fumata negra salió por la chimenea de la Sixtina a las 21:00 hora local (15:00 hora de Chile), más de tres horas después de que comenzase el cónclave, en medio de una gran expectación, pues más de 30.000 personas se reunieron en la plaza de San Pedro para presenciar el momento en directo, informó la jefatura de policía de Roma.
Sin embargo, el retraso sobre los cálculos iniciales, pues se esperaba en torno a las 19:30 hora local (13:30 hora de Chile), sembró la impaciencia entre los fieles y turistas, que empezaron a mostrar cansancio, mientras entre los medios de comunicación reinaba la incertidumbre y se especulaba con múltiples hipótesis.
Tras esta primera fumata negra, los cardenales volverán a votar este jueves por la mañana.
El nuevo pontífice deberá reunir al menos 89 votos, dos tercios de los 133 electores totales que proceden de 70 países en el cónclave más numeroso, internacional y heterogéneo de la historia.
La normativa establece que en los tres primeros días se celebren dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.
Si tras esos tres días ninguno ha alcanzado los votos necesarios, se procederá a una jornada de reflexión y plegarias en la que no se votará, que sería el próximo domingo. Después volverán a celebrarse tres tandas de siete votaciones, con sus respectivas pausas.
Tras esas votaciones negativas, el nuevo Pontífice se elegirá entre los dos más votados, pero siempre deberá lograr la mayoría absoluta de los votos.