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PERÚ ENTRA AL RADAR ESTRATÉGICO DE WASHINGTON: ESTADOS UNIDOS AVANZA PARA CONVERTIRLO EN ALIADO MILITAR CLAVE FUERA DE LA OTAN

Mientras el tablero geopolítico global se reordena con tensiones en Europa, Medio Oriente y el Indo-Pacífico, una señal poderosa emerge desde Washington hacia Sudamérica. El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump ha dado el primer paso formal para elevar a Perú a la categoría de “aliado principal no miembro de la OTAN”, un estatus reservado para países considerados estratégicos y confiables en materia de seguridad y defensa.

La decisión, confirmada por el canciller peruano Hugo de Zela, marca un punto de inflexión en la relación bilateral entre Lima y Estados Unidos. No se trata solo de una etiqueta diplomática, sino de una redefinición profunda del rol de Perú en el esquema de seguridad hemisférica.

El paso clave: notificación al Congreso de EE.UU.

El proceso comenzó con una señal institucional concreta: la notificación oficial del Ejecutivo estadounidense al Congreso, requisito obligatorio para otorgar este estatus especial. Según explicó De Zela, esta comunicación activa un plazo mínimo de 30 días antes de que la designación se haga efectiva, dejando en evidencia que la decisión política ya está tomada.

El canciller reveló que la iniciativa no es improvisada. Por el contrario, ha sido discutida durante meses y quedó sellada tras una reunión clave sostenida el pasado 5 de diciembre en Washington con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, uno de los hombres fuertes de la política exterior de Trump.

Más que un título: ventajas militares y financieras

Ser “aliado principal no miembro de la OTAN” implica mucho más que un gesto simbólico. En términos prácticos, abre la puerta a una cooperación militar privilegiada con Estados Unidos. Perú podría acceder con mayor facilidad a financiamiento militar extranjero, participar en proyectos conjuntos de investigación y desarrollo, acelerar la adquisición de equipamiento y municiones, y firmar acuerdos de capacitación y préstamo de material bélico.

Además, el estatus permitiría que Perú albergue reservas estratégicas de guerra de propiedad estadounidense, una señal clara del nivel de confianza que Washington busca establecer con Lima.

Para las Fuerzas Armadas peruanas, esto significa ingresar a un círculo reducido de países con acceso preferente a recursos, tecnología y entrenamiento de alto nivel, fortaleciendo su capacidad operativa y su integración con estándares militares estadounidenses.

Seguridad, crimen organizado y minerales críticos

La nueva alianza se proyecta más allá del ámbito militar tradicional. Tras su encuentro con De Zela, Marco Rubio subrayó que ambos países acordaron intensificar la cooperación para desmantelar redes criminales transnacionales, una preocupación creciente en la región.

Hay otro factor clave en juego: los minerales críticos. Perú, uno de los principales productores de cobre y otros recursos estratégicos, aparece como un socio fundamental para Estados Unidos en su esfuerzo por asegurar cadenas de suministro frente a la competencia global, especialmente con China.

En ese marco, Lima evalúa un memorando de entendimiento presentado por Washington para profundizar la cooperación en la explotación y procesamiento de estos minerales, considerados esenciales para la transición energética y la industria tecnológica.

Infraestructura estratégica y millonaria inversión

La relación bilateral también se proyecta en obras concretas. El cuerpo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos ya trabaja en la ampliación del puerto del Callao, el principal terminal marítimo del país y un nodo clave del comercio regional.

Según informó el canciller peruano, la inversión estadounidense en este proyecto podría alcanzar los 3.000 millones de dólares, consolidando al Callao como un punto estratégico tanto para el comercio como para la logística regional.

Una visita que sellará la alianza

Como parte de este nuevo capítulo diplomático, Marco Rubio visitará Perú durante los primeros meses de 2026, probablemente entre febrero y marzo. La visita no será protocolar: se espera que sirva para profundizar acuerdos, formalizar compromisos y proyectar a Perú como un actor central en la estrategia de Estados Unidos en América Latina.

Un giro geopolítico para Sudamérica

La posible designación de Perú como aliado principal extra-OTAN redefine su posición internacional y envía un mensaje claro al continente. En un mundo marcado por bloques, tensiones y disputas estratégicas, Washington apuesta por Lima como un socio estable, confiable y clave en seguridad, economía e infraestructura.

Más que un anuncio diplomático, el movimiento confirma que Sudamérica vuelve a ocupar un lugar relevante en el ajedrez global, y que Perú ha pasado de ser un actor regional a convertirse en una pieza estratégica en la política exterior de Estados Unidos.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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