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IGLESIA DE MOCHA: UNA SÍNTESIS DEL MUNDO HISPANO, COSMOVISIÓN Y TRADICIONES ANDINAS

La Iglesia de Mocha forma parte de un conjunto de espacios religiosos construidos en el altiplano, en el marco del proceso de evangelización cristiana que propició la Corona española a partir del siglo XVI sobre las comunidades indígenas de esta región.

De acuerdo a documentos encontrados, se estima que la construcción de la Iglesia se realizó entre los años 1575 y 1578 aproximadamente. Se ubica en el sector del atrio, un espacio destinado a las ceremonias del poblado.

Es posible que antes de la creación de este espacio existiera en su lugar un pequeño oratorio dispuesto durante los inicios del proceso evangelizador, dotado solamente de un altar y una cruz. La construcción de iglesias con altar y retablo, como la que hay actualmente en Mocha y en áreas aledañas a la región, se realizó posteriormente, con el fin de impartir la catequesis y llevar a cabo celebraciones litúrgicas.

UN PUEBLO DE CELEBRACIONES RELIGIOSAS

La iglesia de Mocha ha sido un espacio donde parte de la cosmovisión y tradiciones andinas han pervivido a través del sincretismo religioso y cultural. Expresión de esto es la ubicación de la Iglesia de Mocha en la cima de un cerro, espacio de fuerte valor simbólico para los indígenas, quienes consideraban los cerros como lugares sagrados y de celebración.

Las tradiciones y el sincretismo religioso también se hacen presentes en las fiestas religiosas como la celebración de San Antonio y la de la Virgen de la Candelaria -patronos del poblado de Mocha- o en la fiesta de la Cruz de Mayo.

Esta construcción religiosa ha sido afectada por un número no menor de sismos (1868, 1876, 2005), desastres naturales e incendios (1938), siendo reconstruida igual número de veces. En dichas ocasiones, la comunidad de Mocha ha desempeñado un rol activo en los trabajos de reparación.

RITOS Y TRADICIONES ANCESTRALES

Para sus habitantes, la Iglesia de Mocha es un espacio altamente valorado, un lugar de encuentro donde aún perviven parte de sus ritos y tradiciones ancestrales. Sus antepasados desarrollaron diversas prácticas como el adobe y la paja brava, entre otras, las cuales posibilitaron la sustentabilidad ambiental, económica y social del entorno. Se trata de técnicas ancestrales que han corrido peligro de extinción, pero que con el paso del tiempo han sido rescatadas, en la medida en que la comunidad se ha hecho cada día más consciente de la necesidad de resguardarlas.

El estilo arquitectónico de la Iglesia de Mocha corresponde al Barroco Andino, en tanto su arquitectura expresa una síntesis entre elementos provenientes del mundo hispano y de las comunidades indígenas que habitaron la región andina en periodos anteriores a la presencia española, como la cultura Tiwanaku, la Quechua, la Inca y la Aymara principalmente.

En esta iglesia tanto la arquitectura como los espacios interiores fueron concebidos como lugares de culto religioso católico, los que por lo general eran sitios cerrados en torno a los cuales se reunían los fieles. Por otra parte, el aporte indígena está presente en la forma de la iglesia de Mocha, que como otras de la zona, se construyó buscando emular la figura de un cerro, en referencia a lo sagrado de estos lugares para la concepción indígena.

En su construcción original se usaron técnicas y materiales de la zona, como el adobe, la piedra, la tierra y la paja. No obstante, en las reparaciones y cambios posteriores no siempre se han utilizado dichos materiales. Es el caso de los cielos, en donde en algunas ocasiones se instalaron planchas de calaminas traídas desde las salitreras, las que afectaron la aislación térmica de la iglesia, ya que este material no funciona como aislante natural; condición con la que sí cumple la paja brava.

Su gran tamaño no es habitual en las Iglesias del altiplano, contando con una superficie total de 423 metros construidos. Posee una planta de cruz latina de una sola nave de 31 metros de largo por 6,5 metros de ancho aproximadamente. Sus muros alcanzan un alto de 4,5 metros y 30 metros en los frontones y tímpanos, acentuando la sensación de amplitud tanto al interior como al exterior de la construcción.

En ambos lados, el edificio cuenta con capillas laterales, dos contrafuertes y un campanil de madera. En su fachada sobresale el portal de acceso, trabajado en piedra policromada, elemento que identifica a la construcción con el estilo Barroco Andino.

La iglesia ha tenido múltiples reparaciones, restauraciones, modificaciones y pérdidas a través de los años; siendo una de las más significativas el extravío de pinturas y elementos ornamentales de la escuela Quiteña, Cuzqueña y Arequipeña, de alto valor económico y significativo para la comunidad.

La capilla de Mocha fue declarada Monumento Histórico el 6 de julio de 1951.

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