La Fundación Salvador Allende habría pagado una deuda de $560 millones con el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu) mediante la entrega de obras de arte que, sin embargo, nunca salieron de su sede.
Según informes, las más de 90 obras de arte siguen en dependencias de la fundación a pesar de que se supone que fueron entregadas al Serviu hace siete años.
La deuda se originó en 2004 cuando la Fundación Salvador Allende adquirió el Palacio Heiremans, que también alberga el Museo de la Solidaridad Salvador Allende.
En 2015, la fundación acordó pagar la deuda restante mediante la entrega de cuadros tasados en $600 millones. Sin embargo, a pesar del acuerdo, las obras siguen en poder de la fundación.
El Serviu ha explicado que las obras fueron entregadas legalmente a su institución, pero que se encuentran en depósito en la fundación para su resguardo y conservación.
La diputada Chiara Barchiesi ha solicitado al Consejo de Defensa del Estado que investigue la situación.
