“AL FINAL LA VIDA SIGUE IGUAL”: HOY SE CONMEMORA 13 AÑOS DE LA MUERTE DE SANDRO
Este miércoles el mundo de la música latinoamericana conmemora la muerte del “Gitano”, quién había recibido un trasplante cardiopulmonar el 20 de noviembre de 2009 en el hospital de Guaymallén peleando durante 45 días en terapia intensiva, sin embargo, una infección generalizada en su organismo condujo su deceso.
No quiero que me lloren cuando me vaya a la eternidad, quiero que me recuerden como a la misma felicidad”. Así lo cantaba Roberto Sánchez, conocido mundialmente como “Sandro”, y así se lo recuerda. Aunque el 4 de enero de 2010 a las 20:40, cuando “se fue a la eternidad” en el Hospital Italiano de Mendoza; se lo lloró en todo el continente americano.
Canciones como: Guitarras al viento, Porque yo te amo, Te propongo, La vida sigue igual, Una muchacha y una Guitarra, Se te nota, Rosa Rosa, y muchos otros éxitos, instalaron a este músico como uno de los cantantes de habla hispana más emblemáticos del siglo XXI.
LOS INICIOS DE UN ÍDOLO MUSICAL
Roberto Sánchez, más conocido artísticamente como “Sandro” nació el 19 de agosto de 1945 en la Maternidad Sardá. Hijo único de Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo, se crió en Valentín Alsina, lugar donde pasó su niñez y adolescencia. Sus orígenes humildes le forjaron una personalidad especial y lo hicieron el hombre que fue después: un luchador empedernido.
Con Los Caniches grabó un primer single llamado “Comiendo rosquitas calientes en el Puente Alsina”. Luego el conjunto cambiaría su nombre y pasaría a llamarse Sandro y Los de Fuego, ya con “El Gitano” como líder. En esa formación estaría acompañado por José Sandri, en guitarra; Enrique Irigoytía, en guitarra rítmica; Héctor Centurión, en bajo; y Armando Quiroga, en batería.
La banda se destacó por las vestimentas de sus miembros y los llamativos movimientos que hacía Roberto, claramente inspirados en Elvis Presley. Sin embargo, al poco tiempo, el argentino logró alcanzar una identidad personal que lo convertiría en una de las voces latinas más conocidas de todos los tiempos.
Si bien a fines de los ’60 empezó a dejar el rock and roll para inclinarse por la balada romántica, derivada del bolero, no desaprovechó las oportunidades que tuvo para “despuntar el vicio” y volver al género o, al menos, grabar con músicos de ese movimiento.
Así fue como, por ejemplo, acompañó a León Gieco en la canción “Mi amigo”, incluida en el disco Semillas del Corazón, editado por el santafesino en 1988. Si bien la pieza no podría considerarse “rockera”, su vínculo con un artista de rock lo pondría a hacer algo distinto a lo que venía realizando.
El año 1967 fue bisagra para la carrera de Sandro porque junto a su histórico mánager Oscar Anderle, quien lo motivó para que explore el perfil “baladista” que lo acompañaría de allí en adelante, se anotó en el “Primer Festival Buenos Aires de la Canción”, que se llevó a cabo en el teatro San Martín. Sin expectativas, se presentó interpretando “Quiero llenarme de ti” y obtuvo el primer lugar. Ese premio le permitió entrar al mercado latinoamericano.
Tres años después, en medio de una carrera que no paraba de crecer en base a la venta de discos y giras por toda la región, se dio un hito muy importante en la trayectoria del músico: sus presentaciones en el Madison Square Garden de Nueva York. En abril de 1970 actuó en dos recitales, en el recinto “Felt Forum”, frente a más de 5.000 personas. Esas noches lo consagraron definitivamente como “Sandro de América”.
LOS HISTÓRICOS 40 SHOWS EN EL GRAN REX
Otro de sus hitos es el récord de shows en uno de los teatros más importantes del país. Desde el 16 de octubre de 1998 hasta el 28 de febrero de 1999 lo vieron 130 mil espectadores. Una cifra impresionante.
Pese a su débil estado de salud, “El Gitano” completó cada uno de los 40 conciertos y dejó todo arriba del escenario. Así lo justificaba por esos días: “Muchas de las personas que están sentadas en la platea no saben si van a comer al otro día. Yo sé que hay gente que hace muchísimos esfuerzos para verme y sé que hay gente que lo deposita en la entrada. ¿Vos cómo vas a actuar? Si están entregando el alma, vos tenés que devolverlo con intereses”.
Esos recitales fueron muy emotivos y dejaron en claro -una vez más- que Sandro fue, es y será uno de los artistas más importantes de la música argentina y latinoamericana.
El 4 de enero de 2010 murió en el Hospital Italiano de Mendoza por un shock séptico tras haberse sometido a cinco intervenciones luego de un trasplante cardiopulmonar. Ese día dejó este mundo pero nació la leyenda en la que se convirtió gracias a una voz envidiable, un carisma único y un talento inigualable.