La tarde de este martes 30 de septiembre, arribaron a Chile los cinco ciudadanos venezolanos extraditados desde Estados Unidos, requeridos por la justicia nacional por su presunta participación en delitos asociados al crimen organizado en distintas regiones del país.
Tras aterrizar en el Grupo 10 de la Fuerza Aérea (FACh), los imputados fueron trasladados bajo estricta custodia hasta el Laboratorio de Criminalística de la PDI, en Pudahuel, donde quedarán a la espera de ser presentados ante las respectivas Cortes de Apelaciones.
La nómina la encabeza Edgar Javier Benítez Rubio, acusado de asociación criminal, secuestro con homicidio y receptación, vinculado al asesinato del exteniente venezolano Ronald Ojeda. Le sigue Jesús Alberto Golding Escalona, imputado por trata de personas, tráfico de migrantes, homicidio y secuestro, causas asociadas al denominado “Tren del Desastre” en Antofagasta.
También fue extraditado Yhonaiker Gabriel Sequera Olivero, investigado por un homicidio calificado en la Región de Coquimbo; Miguel Eduardo Oyola Jiménez, requerido en Tarapacá por secuestro extorsivo y asociación ilícita; y finalmente, Gregoris José Cortez Fernández, acusado de homicidio calificado en el Biobío.
La Fiscalía Nacional destacó que este operativo fue posible gracias a la coordinación entre el Ministerio Público, el Poder Judicial, Cancillería e Interpol Chile, con apoyo de las autoridades estadounidenses. El fiscal nacional Ángel Valencia subrayó que la llegada simultánea de estos cinco imputados “es una señal clara contra la impunidad y demuestra que ningún delincuente podrá evadir a la justicia gracias a la cooperación internacional”.
Con su presencia en el país, se podrán profundizar las investigaciones en curso y avanzar en los procesos judiciales que los involucran, considerados un golpe relevante contra el Tren de Aragua y sus ramificaciones en Chile.
¿Quiénes son los extraditados? Todos los imputados son ciudadanos venezolanos con nexos directos o indirectos con la organización criminal Tren de Aragua, grupo delictual de origen carcelario que ha expandido sus operaciones a varios países de Sudamérica, incluido Chile.
Se les vincula con delitos de homicidios, secuestros, trata de personas, tráfico de migrantes y asociación ilícita, configurando parte de las células que han operado en regiones como Tarapacá, Antofagasta, Coquimbo y Biobío.
