El fútbol sudamericano está de luto. Este domingo se confirmó la muerte de Hugo Orlando Gatti, más conocido como “El Loco”, a los 80 años, luego de permanecer internado por más de dos meses en el Hospital Pirovano de Buenos Aires. El exarquero no logró superar un cuadro de neumonía adquirido tras una cirugía de cadera.
Gatti fue un ícono del arco, principalmente en Boca Juniors, donde levantó dos veces la Copa Libertadores y también fue campeón intercontinental. Su estilo temerario y adelantado, casi como un defensor más, lo convirtieron en un personaje inolvidable para varias generaciones de hinchas. También defendió los colores de River Plate, Gimnasia, Unión de Santa Fe y Atlanta.
Durante su carrera, dejó huella en la Primera División argentina con 765 partidos disputados, cifra que sigue siendo récord histórico. Además, comparte con Ubaldo Fillol la marca de más penales atajados: un total de 26. Su apodo de “Loco” no era gratuito: desafiaba el manual del arquero clásico con salidas arriesgadas y un juego con los pies adelantado a su tiempo.
Tras colgar los guantes, Gatti se mantuvo en el foco mediático como comentarista y panelista en programas deportivos, entre ellos, el popular El Chiringuito de Jugones. Con su estilo frontal y carismático, nunca dejó de generar titulares. Hoy, el fútbol despide no solo a un arquero de leyenda, sino a una figura que siempre vivió el deporte con pasión y autenticidad.
