
La candidata presidencial de Chile Vamos eligió el límite con Perú para dar el primer golpe de efecto de su campaña: un paquete de medidas drásticas contra la inmigración irregular, la delincuencia y el crimen organizado.
En el amanecer polvoriento del desierto, con el viento levantando arena sobre la pampa fronteriza, Evelyn Matthei buscó un escenario cargado de simbolismo: el Paso Chacalluta, puerta de entrada y también de descontrol, según sus palabras. Desde allí dio inicio este lunes a su gira nacional tras inscribir su candidatura en el Servicio Electoral (Servel), prometiendo que la frontera norte será el punto cero de su eventual gobierno.
“El día 11 de marzo, cuando asuma el gobierno, en la noche voy a estar acá. Será un símbolo para todo Chile: vamos a controlar nuestras fronteras y no vamos a permitir ni un solo inmigrante ilegal en el país”, declaró la abanderada de la derecha tradicional, rodeada de adherentes y bajo una fuerte puesta en escena política.
La frontera como relato de país
Matthei eligió Arica no solo por geografía, sino por narrativa. Presentó la frontera como el espejo de la crisis de seguridad: “Es el símbolo del descontrol”, recalcó. “Si no somos capaces de frenar la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado, no habrá inversión, no habrá empleo, y la gente seguirá viviendo con miedo. Aquí empieza la seguridad de todo nuestro país”, manifestó.
En su discurso, la candidata cargó contra la toma de Cerro Chuño, calificada como “territorio dominado por el crimen organizado”.
Prometió su desalojo total: “Vamos a derribar todas las casas ilegales. A quienes no tengan papeles los vamos a expulsar, y a los que tengan antecedentes penales los vamos a encarcelar”.
Un plan millonario y una nueva institucionalidad
Las propuestas de Matthei dibujan un giro de timón radical:
- Inversión de US$ 2.500 millones en seguridad ciudadana.
- 10 mil nuevos carabineros desplegados en todo el país.
- 140 mil cámaras de vigilancia desde Arica a Punta Arenas.
- Policía Militar Fronteriza, dependiente de las Fuerzas Armadas, para resguardar límites terrestres.
- Sensores y fibra óptica enterrada en 240 kilómetros de zonas críticas, junto a barreras físicas reforzadas.
- Aviones no tripulados para el patrullaje aéreo.
- Dos centros de internación y expulsión exprés, a menos de 10 km de la frontera, para procesar a migrantes irregulares en un máximo de 48 horas.
El plan también apunta a robustecer el sistema penal y penitenciario, cerrando vacíos legales mediante una coordinación estrecha entre policías, Fiscalía y Poder Judicial.
Golpe al gobierno
El despliegue en Chacalluta fue acompañado de duras críticas al Ejecutivo. “Arica es el símbolo de lo que significa la inmigración ilegal, el narcotráfico, el crimen organizado, los secuestros, los sicarios, la droga que está matando a nuestros niños”, acusó Matthei.
En tono severo, cuestionó el estado del complejo fronterizo: “Debió ser renovado en 2024, pero se han caído dos licitaciones. Tenemos un solo scanner para camiones, pocos funcionarios del SAG y filas inmensas de transportistas. Nada está funcionando. Este es el reflejo de cómo ha fallado Chile en los últimos cuatro años”.
Seguridad como bandera de campaña
Con este acto, la exministra y exalcaldesa inauguró oficialmente su estrategia: poner la seguridad como el centro de su discurso y disputar el eje político de la próxima elección. No casualmente subrayó que cuenta con “equipos experimentados de gobiernos anteriores, de la derecha y de la ex Concertación”, para dar garantías de ejecución.
Así, desde el extremo norte, Matthei trazó su narrativa de campaña: la frontera como metáfora del descontrol, y la seguridad como condición esencial para el desarrollo del país.
“Chile está cansado de vivir con miedo. Y yo quiero que ese miedo termine”, concluyó.