INFORME OIT: INFORMALIDAD LABORAL SUPERA EL 70% EN PAÍSES ANDINOS Y ES UN “RETO CENTRAL” EN AMÉRICA LATINA
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó que la informalidad laboral sigue siendo un rasgo estructural del mercado de trabajo en América Latina y el Caribe, afectando a casi una de cada dos personas. El promedio regional en el primer semestre de 2025 se mantuvo en el 47%, según el informe ‘Panorama Laboral 2025 América Latina y el Caribe’, presentado este jueves.
A pesar de una ligera reducción de 0,7 puntos porcentuales respecto a 2024, la OIT enfatizó que el avance es insuficiente para modificar el problema de fondo. La organización concluyó que esta alta tasa es «uno de los retos centrales para el desarrollo laboral en la región».
CRISIS EN PAÍSES ANDINOS Y CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
El informe de la OIT subrayó que la situación es dramáticamente dispar entre las economías de la región. La informalidad laboral se dispara en varios países, superando el 70% en Perú y Ecuador, y excediendo el 80% en Bolivia.
Esta realidad contrasta con países como Chile y Uruguay, donde la tasa de informalidad es cercana al 25%. Debido a esta marcada «heterogeneidad», la OIT indica que las políticas para reducir la informalidad deben adaptarse a los contextos nacionales específicos, teniendo en cuenta la estructura productiva y la capacidad institucional.
Los expertos de la OIT señalaron que esta problemática tiene graves consecuencias, afectando la estabilidad fiscal de las economías, reduciendo la productividad y aumentando la precariedad de los trabajadores, quienes quedan sin el amparo de seguros de salud ni regulación. Además, el problema afecta más intensamente a los jóvenes y a las mujeres.
LLAMADO A POLÍTICAS ACTIVAS Y PROFUNDAS
Para lograr una reducción sostenida, la OIT apunta a la necesidad de políticas activas y coordinadas que impulsen transformaciones más profundas en la estructura productiva y laboral, y que a la vez apuntalen un crecimiento económico más intenso.
En esa línea, Ana Virginia Moreira, directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, reconoció los esfuerzos de los países tras la pandemia de COVID-19, pero instó a una mayor voluntad: «La región no puede conformarse con cifras que parecen positivas en promedio. Necesitamos políticas activas que promuevan el trabajo decente, con igualdad y protección. La OIT sigue comprometida con acompañar a los países en este camino, en un mundo laboral que cambia rápidamente”.
