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EOLIASUR: LA GIGANTE ARGENTINA QUE DESEMBARCA EN CHILE CON LA MAYOR APUESTA ENERGÉTICA DEL AÑO

Desde Buenos Aires hasta el desierto de Atacama, una firma trasandina comenzó a trazar su propia ruta energética en territorio chileno. Con una inversión que supera los US$ 1.367 millones, Eoliasur se posiciona como un actor clave en el auge del almacenamiento energético con baterías de litio, tecnología que promete revolucionar la red eléctrica nacional. Su huella ya se extiende desde Buin hasta Freirina, en una carrera por capturar la energía del sol… y del mercado.

El anuncio pasó casi desapercibido entre los titulares de la semana, pero en los pasillos del sector energético se sintió como una sacudida: Chile acaba de aprobar un nuevo megaproyecto de almacenamiento de energía, liderado por la empresa argentina Eoliasur, que promete transformar la forma en que el país maneja la electricidad.

El proyecto —bautizado como “Sistema de Almacenamiento de Energía y Línea de Transmisión Eléctrica BESS Metropolitana”— obtuvo luz verde de la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) de la Región Metropolitana con 10 votos a favor y solo uno en contra. Su centro de operaciones estará en la comuna de Buin, y su inversión estimada asciende a US$ 225 millones.

Su propósito suena tan simple como ambicioso: guardar el sol. Durante las horas de mayor radiación, las gigantescas baterías de litio tipo BESS (Battery Energy Storage System) absorberán el exceso de energía generada por los parques fotovoltaicos. Cuando el país se oscurezca y aumente la demanda, esa energía será liberada nuevamente al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), alimentando hogares y fábricas con luz limpia y silenciosa.

Una red en expansión que no se detiene

Eoliasur no llega a Chile a improvisar. En menos de un año, la compañía sumó cuatro proyectos aprobados y una cartera de inversión que roza los US$ 1.367 millones.
Solo en 2025, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) dio su aprobación a iniciativas en tres regiones:

  • Biobío, con un proyecto en Cabrero por US$ 135 millones.
  • Atacama, con una inversión de US$ 400 millones.
  • Región Metropolitana, con el mencionado BESS de Buin por US$ 225 millones.
  • Y el mayor de todos: BESS Tambillo, con una inversión de US$ 607,5 millones, cuya vida útil alcanzará los 25 años y que comenzará su ejecución a fines de 2026.

Pero la compañía no se detiene ahí. En Freirina, una de las comunas más áridas de Atacama, prepara un nuevo estudio ambiental por US$ 50 millones, enfocado también en el almacenamiento con baterías de litio.

Cada proyecto es una pieza del mismo rompecabezas: una red energética paralela, capaz de equilibrar la intermitencia del sol y el viento que alimentan al sistema chileno.

El origen de una apuesta continental

Fundada en 2011, Eoliasur nació en Buenos Aires con una idea clara: crear una plataforma internacional de energía renovable que combinara tecnología, inversión y visión estratégica.

En apenas una década, la empresa desarrolló más de 25.000 megavatios (MW) en proyectos distribuidos por América Latina, y hoy expande su mirada hacia el hidrógeno verde y el almacenamiento masivo de energía.

Al frente de esta cruzada energética se encuentra Sebastián Coates, un ejecutivo formado en la Universidad de San Andrés y con un MBA en Harvard, que alguna vez trabajó en la consultora global Booz & Company antes de convertir a Eoliasur en una potencia regional. Junto a él, Eduardo Tabbush, exanalista de Bloomberg New Energy Finance en Londres, lidera la estrategia comercial, apuntando a convertir a la empresa en una bisagra entre capitales internacionales y la transición energética del Cono Sur.

Las baterías que cambian las reglas del juego

El sistema BESS, corazón de esta revolución silenciosa, funciona como un banco de energía: absorbe la electricidad sobrante de fuentes renovables —principalmente solares y eólicas— y la libera cuando el sistema lo necesita.

En un país donde el sol arde en el norte y el viento ruge en el sur, esta tecnología representa la clave para estabilizar la red eléctrica nacional, reducir pérdidas y avanzar hacia la autonomía energética limpia.

Cada instalación, además, reduce la necesidad de centrales de respaldo contaminantes y permite aprovechar de forma más eficiente la energía renovable que antes se desperdiciaba.

Chile, epicentro de la nueva fiebre del litio

La apuesta argentina se inserta en un contexto global donde el litio —mineral estrella del desierto de Atacama— se ha convertido en la moneda del futuro energético.

Eoliasur, con su enfoque en almacenamiento y transición verde, se posiciona como un actor clave en la ruta chilena hacia la carbono neutralidad, transformando la geografía energética del país.

Su próxima meta: conectar el desierto, la cordillera y la capital bajo un mismo flujo eléctrico, impulsado no por combustibles fósiles, sino por la energía guardada del sol.

El futuro inmediato

Si todo avanza según lo proyectado, el primer sistema BESS de Buin entrará en ejecución en julio de 2026, marcando un antes y un después en el modelo energético chileno. Y aunque sus torres no brillen como paneles solares ni sus turbinas giren con el viento, los gigantes silenciosos de Eoliasur almacenarán el pulso invisible del futuro: la energía que el país aún no sabe que necesitará.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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