«EL RESCATE DEL SIGLO”: EE.UU. LANZA UN SALVAVIDAS DE 20 MIL MILLONES DE DÓLARES PARA SOSTENER EL TAMBALEANTE PESO ARGENTINO

Washington y Buenos Aires sellan un histórico pacto financiero en medio del fuego electoral y la asfixia económica. Trump y Milei, aliados en una jugada que podría redefinir el futuro de Sudamérica.
En un movimiento que sacudió los mercados globales y volvió a poner a Argentina en el centro del tablero financiero mundial, Estados Unidos anunció un acuerdo de estabilización cambiaria por 20.000 millones de dólares con el Banco Central de la República Argentina (BCRA). La operación —calificada por analistas como “el rescate del siglo”— busca contener la volatilidad del peso, apuntalar las reservas y dar oxígeno a un gobierno acorralado por la inflación, la deuda y las urnas.
El pacto, firmado entre el Departamento del Tesoro de EE.UU. y el Banco Central argentino, llega tras semanas de intensas negociaciones y promesas públicas del presidente estadounidense Donald Trump al mandatario libertario Javier Milei, quien enfrenta su primera gran prueba política antes de los comicios legislativos del 26 de octubre.

Un salvavidas en el momento más crítico
El acuerdo consiste en un “swap” de monedas, un intercambio de divisas que permitirá a Argentina disponer de liquidez inmediata para sostener su golpeado mercado cambiario. Según el comunicado oficial del BCRA, la medida apunta a “preservar la estabilidad de precios y promover un crecimiento económico sostenible”, aunque en Buenos Aires muchos lo interpretan como una inyección desesperada para frenar la sangría de reservas y calmar los nervios de los inversores.
El “plan de rescate” estadounidense tiene un claro trasfondo político. En los últimos meses, Milei ha perdido respaldo por la caída del peso y la escalada inflacionaria, mientras los mercados castigan la falta de dólares del Tesoro. Trump, con un ojo puesto en su influencia hemisférica, decidió apostar por su aliado libertario en un gesto que mezcla geopolítica, afinidad ideológica y pragmatismo financiero.
“Argentina es un buen aliado. Están luchando por sobrevivir y si puedo ayudarlos, lo haré”, declaró Trump en la Casa Blanca, al confirmar la firma del acuerdo.
Un movimiento con impacto regional
La ayuda estadounidense llega en un contexto explosivo para Sudamérica, donde las turbulencias financieras argentinas amenazan con contagiar a sus vecinos. En las últimas semanas, el dólar paralelo volvió a dispararse, las reservas del Banco Central tocaron mínimos históricos y los precios internos subieron a un ritmo de vértigo.
Desde Washington, el secretario del Tesoro Scott Bessent dejó claro que el apoyo no será un cheque en blanco:
“Estamos ofreciendo una línea de swap, no un regalo. No pondremos dinero directamente en Argentina, sino que protegeremos los intereses estratégicos de Estados Unidos en el hemisferio occidental”, advirtió.
Pese a ese tono, la medida fue recibida con euforia en los mercados internacionales. El peso se apreció ligeramente tras el anuncio y el riesgo país cayó por primera vez en semanas. Sin embargo, los economistas advierten que el alivio será temporal si Milei no logra estabilizar la inflación y ordenar las cuentas públicas.

Política, deuda y supervivencia
El pacto tiene además una lectura electoral: Trump condicionó su “generosidad” al triunfo legislativo de La Libertad Avanza, el partido del presidente argentino. Si Milei no logra reforzar su base parlamentaria, Washington podría revisar los términos del apoyo financiero.
En paralelo, el Tesoro estadounidense ya había intervenido discretamente en el mercado cambiario argentino, comprando pesos e inyectando dólares para contener un “shock” preelectoral. Se trata de una maniobra inédita en la historia reciente de la relación bilateral.
Mientras tanto, el Banco Central argentino insiste en que el acuerdo forma parte de una estrategia integral de estabilización, aunque puertas adentro reconocen que se trata de una medida de emergencia para ganar tiempo.
Entre la fe y la dependencia
Para algunos analistas, este acuerdo consolida una nueva etapa de dependencia financiera argentina hacia Washington, comparable con los años del Fondo Monetario Internacional. Para otros, es una jugada maestra de Milei y Trump, que sellan una alianza ideológica convertida ahora en un pacto monetario sin precedentes.
En todo caso, Argentina vuelve a girar alrededor del dólar, y el resultado —ya sea un nuevo respiro o una tormenta pospuesta— definirá si el país logra finalmente estabilizar su economía o vuelve a caer en su ciclo histórico de crisis y rescates.