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EDGARD GUERRA, FANÁTICO DEL DRAGÓN: «YO NACÍ UN MES ANTES QUE SE FUNDARA EL CLUB, ASÍ DE HINCHA SOY»

En Vilas Radio 100.1 FM tenemos sangre celeste corriendo por las venas, y es por ello que queremos conocer la historia de quienes son igual de hinchas que nosotros.

Uno de los auditores más participativos con nuestros programas es el taxista Edgard Guerra, un hombre alegre, motivador y por sobre todo orgulloso de ser fanático de los «Dragones Celestes».

Es cosa de entrar al taxi y saber que siempre hay algún elemento que hace alusión al equipo de sus amores, un amor que nació casi junto con él: «Yo nací 22 de abril de 1978, tengo 43 años, y el club de Deportes Iquique se fundó el 21 de mayo de 1978; yo tenía un mes de vida y mi abuelito Raúl Jesús Guerra Carreño ya me tenía en brazos con la camiseta celeste».

Su abuelo es quien le traspasó el fanatismo: «Él me llevaba al estadio, me decían el «gringo Guerra» porque era rubio -no sé que me pasó después- con mi papá también iba, pero mucho más con mi abuelo».

Iquique salió campeón del fútbol amateur el año ’78 y pasó a segunda división, y allí salimos campeones de la Copa Polla Gol, ganándole a Colo Colo; «yo tenía un añito ahí; pero luego crecí y siempre fui al estadio, incluso fui pasapelotas del club, ya que jugaba yo en el club Cavancha y el profesor destinaba a los mejores jugadores a realizar esas labores».

Con 14 años Edgard vivió una época muy bonita: «El Estadio Cavancha estaba repleto de gente a las 12 y el partido era a las 5, así de fanáticos éramos; la gente llevaba almuerzo al estadio, llevaban vino y cerveza, y nunca hubo problemas, era todo un panorama».

Para Edgard, Iquique es más que un club deportivo, es parte de su familia, y aunque no lo dice directamente así, para él equipo es de alguna manera una extensión de don Raúl: «Mi abuelito lamentablemente sufrió la amputación de sus piernas, pero no se dejó amilanar por eso, y en silla de ruedas lo llevaba al estadio, me recuerdo como si fuera ayer con él bajando por Tadeo Haenke con él en su silla, con la polera celeste y con una radio a pilas que tenía una antena como de 3 metros para ir escuchando los comentarios».

Para Edgard, la parte más linda que vivió con Deportes Iquique fue: «Con el Tigre Cantillana, fue un momento épico, en la Copa Chile, fuimos en 40 buses a Coquimbo. En 2014 cuando se le ganó a Huachipato la Copa Chile también fue significativo, pues fue el mismo año en que tuvimos los terremotos y fue muy difícil».

El momento más triste: «Cuando bajamos a tercera contra Provincial Osorno en el sur, fue la amargura más grande de todas. Igual nos demoramos 3 años en volver a subir. El volver a jugar en cancha de tierra fue muy duro».

Sobre el momento actual de Iquique, Edgard es bastante crítico: «Hoy parece que el equipo y la dirigencia no tienen alma, no tienen pasión; se puede perder, pero perder jugando, no así como perdimos con Arica, en donde prácticamente nos regalamos. Estoy molesto, no podemos perder con el clásico rival acá y a allá, si nosotros somos los papás; ellos no han ido a la Libertadores ni a la Sudamericana, nosotros sí».

Edgard cree que hay que apuntar como sea a mantener la categoría y el otro año un nuevo proyecto se tiene que dar para seguir diciendo que «ser chileno es un orgullo y ser iquiqueño, un privilegio».

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