En los últimos siete años, más de 400 recién nacidos han sido abandonados en hospitales públicos de Chile. Esta cifra, que no es oficial, muestra un aumento preocupante en los casos de abandono de guaguas en el país.
Según los registros, entre 2018 y 2021, la cifra de abandono fluctuó entre 43 y 56 casos. Sin embargo, en 2023, se produjo un aumento relevante con al menos 82 guaguas abandonadas, y en 2024, la cifra fue de 71.
CAUSAS DEL AUMENTO
Los expertos atribuyen el aumento del abandono de guaguas a dos razones principales: madres drogadictas que no pueden cuidar a sus hijos y mujeres migrantes que no están en condiciones de criar a sus hijos. También se han reportado casos de adolescentes que resultaron embarazadas producto de una agresión sexual.
En la Región de Tarapacá, por ejemplo, el flujo migratorio ha generado una situación compleja. Muchas mujeres migrantes llegan al hospital regional de Iquique con embarazos no deseados, producto de violaciones durante su trayecto hacia Chile. Estas mujeres a menudo no tienen documentación ni domicilio, lo que complica el proceso de entrega en adopción.
SISTEMA DE PROTECCIÓN COLAPSADO
Las guaguas abandonadas ingresan a un sistema de protección que está colapsado. Pueden ser derivadas a una residencia de Mejor Niñez, ir temporalmente con una familia de acogida o quedarse viviendo en el hospital. Sin embargo, muchos de estos niños quedan condenados a crecer en un hogar del servicio de protección.
En Iquique, por ejemplo, el 100% de las residencias está sobrepoblada, mientras que en Arica, la cifra llega al 67%. Esto genera una situación crítica, ya que los niños pueden pasar largos períodos de tiempo viviendo en los hospitales.
CASOS EXTREMOS
En el Hospital Regional de Iquique, hay un caso de un niño que lleva siete años viviendo en el hospital después de ser abandonado por sus padres. El niño, que tiene necesidades especiales de salud, fue abandonado a los 6 meses de edad y desde entonces ha vivido en la Unidad de Pediatría del hospital.
La situación es similar en otras regiones, donde las residencias están sobrepobladas y los niños pueden pasar largos períodos de tiempo viviendo en los hospitales. Esto genera una situación de vulnerabilidad y desprotección para estos niños, que ya han sufrido el abandono de sus padres.
