Marcela Gallardo, apoderada de la Escuela Manuel Castro Ramos, denunció el paupérrimo estado del colegio, asegurando que la independencia del Servicio de Educación Pública (SLEP) los ha dejado en total abandono.
«Tenemos salas modulares que son infernales en este tiempo de calor, dos de ellas se hundieron y todavía no están listas. Los niños están haciendo clases en la biblioteca con toda la incomodidad, sin bidones de agua ni ventiladores», afirmó Gallardo.
Además, destacó que la una constructora genera ruidos que provocan dolores de cabeza en los niños, y que no hay enfermería para atender a los estudiantes. «Los baños son indecentes, con olor a orines horrible. No hay funcionarios afuera de los baños para prevenir accidentes», agregó.
Gallardo también criticó la falta de inspectores, ya que solo hay ocho para 1200 alumnos. «En las aulas de prebásica no hay material para trabajar con los niños. No hay equipo de aseo, no hay confort», enfatizó.
La apoderada aseguró que el director del SLEP nunca se ha aparecido en el colegio y que pedir una audiencia con él es «más complicado que obtener una audiencia con el presidente de Chile», finalizó.
