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ANIVERSARIO N°144 DE IQUIQUE: EL HIMNO QUE SE CANTA CON EL ALMA ESTREMECIDA

El Himno a Iquique, creado cuando la bonanza de las pesqueras hacía olvidar la crisis salitrera, es una advertencia sobre el espejismo del progreso y desarrollo económico, los problemas que genera el centralismo e invita a luchar por seguir adelante en pro de la ciudad.

La letra fue compuesta por Santiago Polanco y la música pertenece a Victorino Caqueo, destacado director de bandas militares.

Santiago Renato Polanco Nuño nació en Viña del Mar el 3 de marzo de 1912. Se casó con María Elena Oyarzún Méndez. En Iquique vivió por varios años en casas ubicadas en calle Covadonga, Baquedano, Aníbal Pinto y en el segundo piso de Latorre 477.

Polanco, un poeta-militar como lo describen algunos medios en el año 1980, fue un prolífico autor de himnos de ciudades como Antofagasta, Calama y Viña del Mar, donde nació en 1912. Huara, Matilla, Pica y Pozo Almonte, tienen himnos de su autoría también.

Una vez que egresó de la Escuela Militar en 1930, Polanco fue edecán militar del general Carlos Ibáñez, como teniente llegó por primera vez a Iquique al regimiento “Dolores”, luego profesor de la Academia Militar. Carlos Ibáñez, ya presidente, lo envía como agregado militar a Washington.

En medio de esta ajetreada vida social y militar, tiene un programa en radio Cooperativa, donde con el nombre de “Lautaro Andino”, declama versos sobre nuestra tierra para convertirse en columnista de las Ultimas Noticias.

Tiene la tarea del gobierno chileno de traer desde Nueva York los restos mortales de nuestra premio Nobel Gabriela Mistral, según recuerda Eduardo Díaz Salinas en la Estrella de Iquique a pocos días de su muerte.

El coronel Polanco murió el 1 de noviembre de 1980 y sus restos fueron sepultados en el Mausoleo Militar del Cementerio General.

“Santiago Polanco Nuño ha muerto, por sus alto méritos este hijo ilustre de Iquique, merece un homenaje más amplio”, lo recuerda Salinas en su articulo y agrega como remate “quiso más a Iquique que a su tierra natal, Viña del Mar”.

Ojalá se haya enterado de que sus compañeros de armas le escamotearon una estrofa de su himno. Gracias a este militar cantamos «con el alma estremecida» cada vez que uno de los nuestros nos abandona. Quiso tanto a Iquique que más de una vez quiso llamarse Iquique Polanco Nuño. La ciudad descrita en ese himno ya no existe.

Himno a Iquique

Letra: Santiago Polanco Nuño Música: Victorino Caqueo

I

Si supimos vencer el olvido

soportando un ocaso tenaz

evitemos que en estos instantes

el progreso nos pueda cegar

Iquiqueños arriba la frente

y estrechemonos para cantar

que la fama de nuestros esfuerzos

ha cruzado la pampa y el mar

Coro

Cantemos con el alma estremecida

Iquique, Iquique, Iquique,

eres el gran amor de nuestras vidas

mi viejo y heróico Iquique

Marchemos desde el puerto hasta Cavancha

cantando, gritando Iquique

tu ambiente y la nobleza de tu gente

cautivan el corazón

II

La riqueza que ahora renace

y que viene del pródigo mar

nos señala la ruta del alma

y avistamos la felicidad

El destino de gloria y grandeza

que fijara la estrella inmortal

hará fuerte y segura la mano

que te guie a la prosperidad.

Coro

Cantemos con el alma estremecida

Iquique, Iquique, Iquique,

eres el gran amor de nuestras vidas

mi viejo y heroico Iquique

Marchemos desde el puerto hasta Cavancha

cantando, gritando Iquique

tu ambiente y la nobleza de tu gente

cautivan el corazón

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