El Barrio El Morro de Iquique, conocido por sus tradiciones y cultura, enfrenta una nueva amenaza. La posible construcción de un edificio de 12 pisos junto al Club Unión Morro ha despertado la preocupación de los vecinos, quienes temen que esta obra afecte tanto la integridad física del barrio como su valor histórico. Los residentes han manifestado su oposición y están organizando acciones para proteger lo que consideran su herencia cultural.
Rodrigo Malagarriga, presidente del Club Unión Morro, explicó la gravedad de la situación: «Sabemos lo que ya pasó en Cavancha. Tenemos la seguridad de que esta es otra situación más para romper contra la cultura y la identidad de un barrio tan frágil como el nuestro. Ahora tenemos que alzar la voz y preguntar a las autoridades qué está pasando con este proyecto que nos preocupa demasiado».
Además de la dimensión cultural, los habitantes señalan que la zona es delicada desde un punto de vista geográfico, lo que hace que cualquier construcción de gran envergadura sea un riesgo. Cristián Bilbao, presidente de la junta de vecinos, explicó: «El Morro no está preparado para soportar una estructura tan grande. Las normas actuales no permiten construcciones de más de cinco pisos en esta área. Permitir este edificio sería vulnerar el plano regulador».
La preocupación de los residentes no solo está dirigida a la posible alteración del paisaje, sino también a la pérdida de las actividades culturales que definen al barrio, como el famoso carnaval. «Perderíamos el carnaval y las actividades culturales. Esto ya lo vimos en Cavancha, donde las tradiciones fueron eliminadas porque molestaban a los nuevos residentes», dijo Bilbao.
En busca de respuestas, los dirigentes vecinales han solicitado la intervención de las autoridades, enviando oficios y solicitando reuniones con la Dirección de Obras Municipales (DOM) para esclarecer la situación del proyecto. Hasta el momento, los vecinos no han recibido respuestas concretas, lo que ha incrementado la tensión en la comunidad. Malagarriga presidente del emblemático club, mencionó que «estamos pidiendo que se haga algo antes de que sea demasiado tarde. Queremos que se respete nuestra historia y que el municipio se pronuncie».
El apoyo de la comunidad ha sido fuerte. Vecinos de otros sectores también han mostrado su respaldo, temiendo que este caso siente un precedente para futuros proyectos en zonas históricas de la ciudad. La incertidumbre, sin embargo, persiste, ya que el proceso de construcción podría comenzar en cualquier momento si se otorgan los permisos correspondientes.
La comunidad del Barrio El Morro sigue luchando por preservar no solo sus casas, sino su identidad cultural y social. Los vecinos han advertido que, de no ser escuchados, organizarán nuevas manifestaciones para defender lo que consideran un patrimonio invaluable para la ciudad de Iquique.
