
Los clubes descendidos de la Liga de Primera 2025 apelaron a una contradicción entre el Reglamento de la ANFP y las Bases del Campeonato, lo que llevó al Consejo de Presidentes a evaluar incluso la suspensión de los descensos y un torneo con 18 equipos.
En los pasillos de la ANFP ya no se habla de fútbol, sino de reglamentos, abogados y escenarios límite. Mientras el balón descansa en el receso de fin de año, el campeonato chileno se juega su partido más tenso fuera de la cancha: la definición del futuro de Unión Española y Deportes Iquique, dos clubes históricos que descendieron en la Liga de Primera 2025, pero que ahora buscan revertir su caída apoyados en un vacío normativo que amenaza con reconfigurar toda la estructura del torneo.
Según reveló La Tercera, el conflicto escaló a tal punto que en el Consejo de Presidentes ya se evalúa una medida extraordinaria: suspender los descensos y disputar la próxima temporada con 18 equipos, una decisión inédita que abriría un nuevo capítulo de tensión institucional en el fútbol chileno.
El origen del conflicto: una grieta en las reglas
Todo comenzó cuando Unión Española detectó una contradicción entre el Reglamento General de la ANFP y las Bases del Campeonato Nacional 2025. El artículo 90 del reglamento —actualizado en 2024— establece que los descensos deben definirse por el promedio de puntos de las últimas tres temporadas y fija en 20 el número de clubes de Primera División. Sin embargo, las bases del torneo, aprobadas de manera unánime por los clubes, estipulaban que los dos últimos de la tabla anual descenderían automáticamente.
Ese resquicio legal fue aprovechado primero por los hispanos y luego por Deportes Iquique, que se sumó al reclamo para evitar la pérdida de la categoría. Desde entonces, el conflicto dejó de ser deportivo y pasó a ser jurídico, político y económico.
Tres caminos, un solo desenlace inevitable
De acuerdo con La Tercera, hoy existen tres escenarios sobre la mesa:
- Aplicar el Reglamento General, lo que implicaría descensos por promedio y pondría en riesgo a Deportes La Serena y Deportes Limache.
- Ratificar los descensos consumados en cancha, manteniendo la estructura tradicional de 16 equipos.
- Suspender los descensos, permitiendo que Unión Española e Iquique sigan en Primera y ampliando el torneo a 18 clubes.
Esta última alternativa es la que más ruido genera, no solo por su impacto deportivo, sino porque obligaría a renegociar la distribución de los ingresos por derechos de televisión, uno de los pilares financieros del fútbol chileno.
La fórmula híbrida que divide a los dirigentes
En ese contexto, La Tercera informó que incluso se ha explorado una salida intermedia: que Unión Española y Deportes Iquique compitan en Primera División, pero recibiendo ingresos equivalentes a los de la Primera B, una fórmula que intenta equilibrar la balanza económica sin romper del todo el sistema actual.
La idea, sin embargo, no convence a todos. Para algunos clubes, abrir excepciones sienta un precedente peligroso. Para otros, es la única vía para evitar una batalla judicial que podría escalar fuera del ámbito deportivo.
La fecha clave: martes 30 de diciembre
La ANFP ya fijó el calendario para el primer gran pronunciamiento. El martes 30 de diciembre, el directorio del organismo se reunirá en una sesión especial en Quilín para responder formalmente el reclamo conjunto de Unión Española y Deportes Iquique.
Será la primera definición institucional frente a un conflicto que amenaza con extenderse. El directorio sostiene que los Estatutos aprobados en 2023, que establecen una Primera División de 16 clubes, tienen jerarquía superior al reglamento y a las bases, por lo que los descensos deberían mantenerse.
Para reforzar esta postura, la ANFP encargó informes a abogados especialistas en derecho deportivo, anticipando que el caso podría escalar a tribunales externos.
La sombra de la justicia ordinaria y el fantasma FIFA
Uno de los puntos más delicados es la advertencia de Unión Española de acudir a la justicia civil si su reclamo es rechazado. En Quilín existe preocupación: la FIFA prohíbe expresamente que conflictos deportivos se resuelvan en tribunales ordinarios, lo que podría derivar en sanciones internacionales si el caso se judicializa fuera del sistema futbolístico.
Ese riesgo explica, en parte, la apertura a soluciones excepcionales que hace solo semanas parecían impensadas.
Un fútbol atrapado entre reglas, dinero y presión
Más allá de quiénes jueguen en Primera en 2026, el conflicto dejó al descubierto una fragilidad estructural: reglamentos que no dialogan entre sí, decisiones tomadas por unanimidad que luego son cuestionadas y un sistema que, cada cierto tiempo, vuelve a enfrentarse a sus propias contradicciones.
El 30 de diciembre no solo se definirá el destino de Unión Española y Deportes Iquique. También se pondrá a prueba la capacidad del fútbol chileno para resolver sus crisis sin romper el tablero completo. En Quilín lo saben: el resultado de este partido se sentirá durante toda la próxima temporada.







