
El Banco Central de Chile actualizó al alza sus proyecciones para el precio del cobre en el mediano plazo, aunque advirtió que el impacto económico de este repunte sería más limitado que en otros ciclos de altos precios del metal.
En su más reciente Informe de Política Monetaria (IPoM), el ente emisor elevó su estimación para el valor del cobre en 2027, ajustándola desde US$4,3 a US$4,6 por libra, en un contexto donde el metal rojo ha superado los US$5 en los mercados internacionales, marcando máximos históricos.
El organismo explicó que el actual escenario responde a una combinación de fuerte demanda y restricciones en la oferta mundial, derivadas de incidentes operativos en importantes yacimientos ubicados en Chile, Indonesia y África, lo que ha reducido de forma relevante la producción global. Estas limitaciones, según el análisis del Banco Central, podrían extenderse durante los próximos años.
En paralelo, el aumento de la demanda está siendo impulsado por factores estructurales, como el mayor gasto en defensa a nivel global y el rápido avance de tecnologías como la Inteligencia Artificial, que requerirá grandes volúmenes de cobre para infraestructura energética y centros de datos. Ambos sectores representan un incremento significativo del consumo del metal a nivel mundial.
Sin embargo, el Banco Central subrayó que no todos estos factores tienen el mismo efecto sobre la economía chilena. A diferencia de ciclos anteriores, el alza actual del precio del cobre se explica en parte por shocks de oferta y tensiones geopolíticas, los cuales tienden a afectar negativamente la actividad económica y a presionar a las monedas emergentes.
Además, el informe destaca que los costos de producción minera han aumentado en los últimos años, por lo que el mayor valor internacional del cobre actúa como un mecanismo de compensación, reduciendo el efecto positivo neto sobre las cuentas fiscales y la economía en general.
De esta forma, el Banco Central concluye que, si bien el cobre continúa siendo un pilar clave para Chile, el actual ciclo alcista no generaría los mismos beneficios macroeconómicos observados en periodos anteriores, marcando un escenario más moderado para el crecimiento y las finanzas públicas.







