
El Gobierno de Chile reafirmó su compromiso con el desarrollo del norte del país al dar prioridad al Corredor Bioceánico Capricornio y al iniciar las obras de la planta de reúso de aguas servidas más grande de Latinoamérica, ambos proyectos impulsados por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) en la región de Antofagasta.
La ministra de Obras Públicas, Jessica López Saffie, encabezó la firma del convenio de programación para el Corredor Bioceánico, que contempla una inversión cercana a los $600 mil millones de pesos en un plazo de 10 años, junto al Gobierno Regional de Antofagasta. El acuerdo forma parte del Plan Nacional de Infraestructura, destinado a fortalecer la conectividad, la competitividad y la integración del norte chileno con Sudamérica.
“Estos proyectos son una muestra concreta de que el Estado puede planificar a largo plazo con una mirada descentralizada, fortaleciendo el rol estratégico de Antofagasta como punto de conexión entre el Atlántico y el Pacífico”, señaló la ministra López, economista de la Universidad de Chile y titular del MOP desde marzo de 2023.
Corredor Bioceánico Capricornio: conectando el norte chileno con Sudamérica
El Corredor Bioceánico Capricornio unirá Chile, Argentina, Paraguay y Brasil a través de una red logística de más de 2.400 kilómetros, que busca posicionar a Antofagasta como un nodo clave del comercio internacional.
El proyecto permitirá mejorar la infraestructura de transporte y servicios en el eje que conecta el océano Atlántico con el Pacífico, impulsando el desarrollo económico, portuario y productivo de la región, al tiempo que refuerza la integración transfronteriza entre los países del Cono Sur.
Planta de reúso: un modelo pionero de gestión hídrica
Junto con el avance del corredor, la ministra López dio inicio a la construcción de la planta de tratamiento y reúso de aguas servidas de Antofagasta, una obra de US$300 millones a cargo de la empresa estatal Econza.
La planta permitirá reutilizar casi la totalidad de las aguas residuales de la ciudad, destinadas al riego de áreas verdes y uso industrial, sin afectar las tarifas de los usuarios. Con ello, Antofagasta se convertirá en la primera ciudad abastecida en un 100% por agua desalinizada y reutilizada, fortaleciendo la resiliencia hídrica del territorio y marcando un precedente a nivel latinoamericano.
Desde Antofagasta, la ministra destacó que ambos proyectos “son señales de un país que mira hacia el futuro, que combina desarrollo económico con sostenibilidad ambiental y compromiso territorial”.







