
Más de mil fiscalizaciones, decenas de infracciones y 62 detenidos marcaron un fin de semana intenso en la región. Carabineros desplegó un operativo reforzado que abarcó desde los caminos más transitados hasta los sectores más conflictivos, en una cruzada por la seguridad y el orden público.
El sol todavía no había levantado del todo sobre el desierto cuando los primeros vehículos policiales ya recorrían las calles de Iquique y Alto Hospicio. En cada esquina, una patrulla, un control, un rostro expectante. Fue un fin de semana distinto: Carabineros salió con todo a reforzar la seguridad en la región de Tarapacá, desplegando un operativo que combinó fiscalizaciones masivas, controles vehiculares y la persecución activa de delitos en curso.
Entre el ruido de los motores y las luces intermitentes que cortaban la madrugada, más de mil controles preventivos se realizaron a conductores, peatones y locales comerciales. De ellos, 801 correspondieron a fiscalizaciones vehiculares, un número que refleja la magnitud de la vigilancia en ruta. Las infracciones no tardaron en llegar: 83 partes cursados por diversas faltas al tránsito, cinco denuncias por consumo de alcohol en la vía pública y otras cinco por transitar en evidente estado de ebriedad.

Pero los controles no se quedaron en lo administrativo. 62 personas fueron detenidas en distintas comunas de la región, sorprendidas cometiendo delitos flagrantes. Entre los casos más repetidos: violencia intrafamiliar, lesiones, amenazas, hurtos y conducción bajo los efectos del alcohol. Cada detención fue parte de una misma historia: la de una policía decidida a mantener la calma en medio del caos cotidiano.
Mientras tanto, otro frente de trabajo se levantaba bajo el humo de la Zona Franca. Allí, los restos calcinados de los galpones recientemente incendiados eran objeto de una investigación técnica liderada por el Laboratorio de Criminalística (LABOCAR) en coordinación con el Ministerio Público. Los peritos trabajaron durante horas, levantando planimetrías, realizando fijaciones fotográficas y reconstruyendo paso a paso el origen del fuego, que dejó millonarias pérdidas materiales y la incertidumbre flotando entre los empresarios del sector.
En medio de ese escenario de prevención, patrullaje y análisis pericial, el teniente Jean Gamarra, jefe de la Oficina de Operaciones de la Zona Tarapacá, resumió el espíritu del despliegue:
“Carabineros se encuentra trabajando con el fin de brindar seguridad y tranquilidad a la ciudadanía. Nuestro compromiso es mantener una presencia constante en las calles, fiscalizar y prevenir que hechos delictuales empañen la vida diaria de los tarapaqueños.”
El balance del fin de semana deja cifras frías, pero detrás de ellas hay rostros, historias y una sensación común: la seguridad se construye cada día, con presencia, control y trabajo en terreno.
Mientras la semana vuelve a su ritmo habitual, Carabineros asegura que los operativos continuarán. Porque en Tarapacá, donde el desierto parece infinito y las ciudades no duermen, la vigilancia no se detiene ni cuando amanece.









