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DOLARIZACIÓN Y CRISIS CAMBIARIA EN CUBA: EL PESO TOCA SU NIVEL MÁS BAJO Y AGRAVA LA POBREZA

El peso cubano tocó ayer lunes un nuevo mínimo histórico en el mercado informal de divisas, cotizándose a 400 pesos por dólar estadounidense, según el índice publicado por El Toque, medio independiente con sede en Miami y referente para la población cubana.

Esta depreciación representa una caída acumulada de 1.567% desde la reforma monetaria de 2021, y un aumento cercano al 25% solo en lo que va del año, consolidando una tendencia a la baja que refleja la profunda crisis macroeconómica que atraviesa la isla.

El régimen cubano atribuye esta severa contracción económica —con una caída acumulada del 11% desde 2019— al endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos, diseñadas para limitar el acceso del país a divisas. Sin embargo, críticos y economistas locales señalan que la lentitud en la implementación de reformas dentro de un sistema centralizado y estatal también ha sido un factor clave.

La persistente escasez, el deterioro de infraestructura y servicios, junto con una inflación creciente, han generado crecientes tensiones sociales en el territorio.

Dolarización parcial y brechas sociales

La histórica depreciación del peso coincide con un proceso de dolarización parcial impulsado por el gobierno, que ha abierto nuevas tiendas minoristas y extendido el cobro en moneda extranjera a un porcentaje significativo de bienes y servicios. Este fenómeno ha ampliado la desigualdad económica, ya que solo quienes disponen de capital propio o reciben remesas del extranjero pueden acceder a estos comercios.

En una reciente intervención ante la Asamblea Nacional, el mandatario Miguel Díaz-Canel reconoció que esta situación “indudablemente favorece a quienes poseen determinados recursos de capital o reciben remesas, lo que se traduce en un indeseado ensanchamiento de las brechas de la desigualdad social”.

Se estima que cerca del 40% de la población cubana no tiene acceso a dólares ni remesas, quedando expuesta a un creciente nivel de vulnerabilidad económica. Los salarios estatales y pensiones, pagados en pesos cubanos, son insuficientes para adquirir siquiera los productos que aún están disponibles en moneda nacional.

“Aquí, casi todo está en dólares. El dinero cubano no sirve para comprar comida y casi nada más… No tengo ni un solo dólar”, relata Freddy Portillo, una jubilada de 70 años que recibe una pensión mensual de 1.500 pesos, mientras recorre una zona comercial en La Habana.

Distorsiones cambiarias y consecuencias sociales

El sistema oficial mantiene un tipo de cambio dual: 24 pesos por dólar para empresas y 120 pesos para personas naturales, generando una gran distorsión respecto al valor real que cotiza en el mercado informal. Esta brecha dificulta el acceso equitativo a bienes básicos y contribuye a una mayor inseguridad económica para los ciudadanos.

Manuel Marrero, jefe de gobierno, calificó la dolarización como “una medida necesaria” dentro del plan de recuperación económica, aunque reconoció que sus consecuencias sociales son preocupantes.

Economistas como Pavel Vidal han explicado a medios internacionales que, a diferencia de otros países latinoamericanos, la depreciación del peso cubano no ha sido acompañada por incrementos salariales, lo que agrava el empobrecimiento de la población.

Por su parte, Mauricio de Miranda, académico de la Universidad Javeriana de Cali, advierte que la proliferación de tiendas en dólares y la falta de alternativas para comprar en pesos solo intensifican la demanda de la divisa estadounidense y acentúan las desigualdades.

Un sistema de monitoreo en auge

El índice de El Toque, basado en un algoritmo que recopila y analiza cientos de anuncios de compra y venta de divisas en redes sociales y foros, se ha convertido en un referente clave para conocer la fluctuación real del peso en el mercado paralelo. Este sistema, supervisado por el economista Pavel Vidal, ha sido valorado positivamente por especialistas cubanos por su rigurosidad y transparencia.


En este contexto de creciente depreciación y dolarización, Cuba enfrenta desafíos económicos y sociales sin precedentes, con un Estado que busca nuevas soluciones para contener la crisis mientras amplía las brechas entre quienes tienen acceso a divisas y quienes subsisten con pesos devaluados.

Belén Pavez

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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