Luego de la detención de siete suboficiales del Ejército acusados de narcotráfico, la ministra de Defensa, Adriana Delpiano, y el comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga, participaron en una sesión reservada de la Comisión de Defensa de la Cámara para informar las primeras acciones correctivas. La reunión, que se extendió por más de dos horas, abordó exclusivamente el caso que involucra a personal de la Brigada Acorazada de Pozo Almonte.
Entre las medidas anunciadas, se incluye la implementación de unidades caninas con perros antidrogas para realizar controles internos en regimientos y otras reparticiones. Esta será la primera vez que la institución utilice canes de forma permanente para detectar estupefacientes entre sus filas, ya que hasta ahora su uso era restringido a operaciones militares externas.
Además, se evaluará incrementar la frecuencia de test de drogas y ampliar la cantidad de efectivos sometidos a estos controles. Junto con ello, se reforzará la unidad de contrainteligencia, área que fue clave en la denuncia interna que permitió descubrir el caso y que ahora tendrá mayor personal para prevenir y neutralizar delitos dentro del Ejército.
La mayoría de las medidas adoptadas se mantendrán bajo carácter reservado, dado su vínculo directo con labores de inteligencia militar. Sin embargo, desde Defensa aseguraron que existe un acuerdo con el alto mando del Ejército para garantizar que estos hechos no se repitan, reforzando así los protocolos de control y supervisión interna dentro de las Fuerzas Armadas.
