En distinto puntos del norte grande y principalmente en nuestra región, miles de personas festejaron en base a la fe y la devoción un nuevo aniversario de la Reina del Tamarugal, donde con cantos, bailes y la tradicional “Eucaristía de Vísperas” los fieles pudieron nuevamente agradecer a la Chinita en su día.
En el pablado Santo de la Tirana, la celebración se llevó a cabo a las afueras del Santuario, en el sector de la explanada, donde cientos de personas prepararon sus corazones en la misa presidida por el Rector del Santuario, Padre Carlos Inarejo Lillo, quién acompañó en la eucaristía a Bailes Religiosos, equipos de servicio y peregrinos.
Una vez llegada las 00:00 horas, los fuegos artificiales, los cantos y el grito fervoroso de la gente se hizo fuerte en el pueblo, donde después de un poco más de 2 años sin poder celebrar en el santuario, los devotos volvían a celebrar un 16 de julio de manera presencial.
En Iquique, las celebraciones se concentraron en los tres puntos más tradicionales de la comuna, Capilla de Fátima, Comunidad de Cristo Emaús y la Capilla en sector de Plaza Arica. En este último, la eucaristía de Vísperas fue presidida por el obispo de la diócesis de Iquique, Monseñor Isauro Covili, sector el cual congregó a la mayor cantidad de fieles.
Después de una noche llena de emociones, los bailes religiosos siguieron danzando a la madre, donde algunos, y sobre todo en el pueblo de la Tirana, comenzaron su despedida para poder retornar a la ciudad de Iquique.
TRADICIÓN FESTIVIDAD DE LA TIRANA
La historia de la Virgen del Carmen tiene raíces en una leyenda inca sobre una princesa llamada Ñusta Huillac. A esta le dieron el apodo de “La Tirana” porque esclavizaba y mataba a los invasores europeos y cristianos que pisaban su tierra con el fin de proteger el sector de la colonización. No obstante, la princesa se terminaría enamorando de uno de sus prisioneros, Vasco de Almeida, la cual terminó convirtiéndose al cristianismo para casarse con él. Sus seguidores estaban furiosos debido a la traición de su princesa, la cual había cambiado su creencia y sus principios en la comunidad.
En base a esto, los incas conspiraron para matar a la pareja. Sin embargo, Ñusta Huillac fue bautizada previo a su muerte para estar con su amor Almeida, y en ese momento, los dos fueron asesinados por los guerreros indígenas, los cuales respetaron la última voluntad de su princesa que pidió una cruz en su tumba.
Tiempo después, un misionero al ver una cruz en medio de la pampa construyó una iglesia en honor a la Virgen del Carmen tras una aparición de la Virgen María en el pueblo, lo que después de la historia de la tumba, se decidió bautizar como Virgen de La Tirana.
