- La histórica infraestructura, restaurada con detalles que respetan su esencia original, reabre sus puertas con la ópera regional “Lágrimas de Sal”.
El Teatro Municipal de Iquique, Monumento Nacional del siglo XIX, vuelve a brillar. Este lunes a las 18:00 hrs se celebra su esperada reapertura con una ceremonia que incluye la presentación de la ópera “Lágrimas de Sal”, un montaje regional que mezcla danza, música y emoción en un escenario que conserva intacta su esencia patrimonial.
Durante el lanzamiento oficial realizado al mediodía, autoridades, artistas y gestores culturales participaron de un punto de prensa donde se dio a conocer la magnitud del proyecto. Entre los asistentes estuvieron el alcalde de Iquique, Mauricio Soria; el gerente de Asuntos Públicos de Collahuasi, Luciano Malhue; el director de la obra, Rodolfo Miranda; actores regionales y el invitado especial: el actor nacional Néstor Cantillana.
“El teatro tiene la mezcla perfecta entre lo de ayer y hoy. Es muy lindo, tienen que estar muy contentos y orgullosos porque fue restaurado con mucha dedicación y detalle. Estuvimos en las entrañas del teatro y aún se conserva la madera noble con la que fue construido”, comentó Cantillana, quien recorrió el recinto junto a la delegación presente.
El director general de la obra, Rodolfo Miranda, destacó lo complejo pero gratificante del proceso “al involucrar una obra que lleva coros, orquesta, danza y crear todo desde cero fue un desafío, pero también reconfortante porque logramos un apoyo económico público-privado”.
La inauguración incluyó un recorrido por los espacios renovados del teatro, donde la restauración logró conservar su arquitectura original. Construido con madera prefabricada traída desde Canadá, este teatro fue levantado en sólo seis meses y es hoy el único en Chile que se mantiene tan fiel a su forma original, a diferencia de otros que han debido ser reconstruidos por sismos o incendios.
Se espera además la presencia de la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo, en esta jornada inaugural, que no solo marca el regreso del teatro como espacio artístico, sino también como testimonio vivo de la historia de Iquique.
