
Un amplio despliegue policial en las distintas comunas de Tarapacá dejó 68 personas detenidas durante el fin de semana, siete de ellas por delitos de mayor connotación social, además de casi 700 controles preventivos realizados por Carabineros en el marco de operativos de seguridad y del resguardo de la segunda vuelta presidencial.
La región no durmió tranquila. Mientras las luces de los semáforos parpadeaban en la madrugada y las calles cambiaban de ritmo entre el viernes y el domingo, Carabineros desplegó un operativo intensivo que dejó 68 personas detenidas en distintas comunas de Tarapacá, en uno de los fines de semana con mayor actividad policial del último período.
No fue una sola causa ni un solo punto del mapa. Fueron patrullajes constantes, controles preventivos y procedimientos simultáneos, ejecutados en barrios, rutas, centros urbanos y sectores periféricos. El resultado: siete detenidos por delitos de mayor connotación social y decenas de aprehensiones asociadas a infracciones que, aunque más silenciosas, erosionan la seguridad cotidiana.
Delitos reiterados y órdenes pendientes
La mayoría de las detenciones respondió a órdenes judiciales vigentes, personas que caminaban libres hasta que el control los alcanzó. A ellas se suman casos de conducción en estado de ebriedad, hurtos, violencia intrafamiliar, amenazas y manejo sin licencia, una combinación que refleja un abanico de riesgos tanto en el espacio público como en el ámbito privado.
Cada procedimiento tuvo su propio escenario: controles nocturnos en rutas estratégicas, fiscalizaciones sorpresivas, llamados de emergencia que rompieron el silencio de la noche. Detrás de cada número, una historia detenida en seco.

Casi 700 controles: la prevención como eje
El operativo no se midió solo en detenciones. Carabineros realizó 696 controles preventivos, una cifra que revela la magnitud del despliegue:
- 405 controles vehiculares, enfocados en la seguridad vial y la detección de conductores bajo los efectos del alcohol.
- 291 controles a personas, orientados a la prevención del delito y la verificación de antecedentes.
La estrategia fue clara: presencia constante y visible, con el objetivo de anticiparse a situaciones de riesgo y reforzar la sensación de seguridad en la comunidad.
Un fin de semana marcado también por las elecciones
Este despliegue policial se desarrolló en paralelo a un desafío mayor: la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Carabineros no solo patrulló calles, sino que también resguardó el proceso democrático.
Hubo presencia activa en el exterior de los locales de votación, servicios especiales de ordenamiento de tránsito, orientación directa a los votantes y escolta de material sensible del Servel y el Tricel, una labor silenciosa pero crucial para garantizar la transparencia del proceso.
Además, los cuarteles policiales recibieron a ciudadanos que debieron dejar constancia por encontrarse a más de 200 kilómetros de su domicilio electoral, cumpliendo así con el marco legal vigente.
Orden, seguridad y control territorial
El balance del fin de semana deja un mensaje claro: la seguridad se construye con presencia permanente, prevención y reacción oportuna. En Tarapacá, ese trabajo se tradujo en detenciones, controles y un fuerte resguardo institucional en uno de los momentos cívicos más importantes del país.
Mientras la región retoma su pulso habitual, las cifras quedan sobre la mesa como recordatorio de una realidad que no descansa: el orden público se juega cada día, en cada calle, en cada control.









