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TRAS CASI TRES AÑOS DE ABANDONO: GOBIERNO INICIA HISTÓRICA OPERACIÓN PARA DESTRUIR 576 TONELADAS DE QUÍMICOS PARA COCAÍNA INCAUTADOS EN ARICA

Casi 600 toneladas de precursores químicos permanecieron olvidadas a la intemperie en el Puerto de Arica durante tres años, pese a los riesgos ambientales y de seguridad que implicaban. Ayer, el Gobierno inició una operación inédita para retirarlas y destruirlas en Antofagasta, en un procedimiento que costará $493 millones y que busca cerrar un episodio marcado por la desidia y la burocracia estatal.

La noticia fue revelada por El Mostrador, medio que detalló cómo, sin mayor anuncio público, el Ministerio del Interior y la Delegación Presidencial de Arica y Parinacota dieron inicio a una operación sin precedentes: el retiro de 36 contenedores con 576 toneladas de acetato de etilo, incautadas el 1 de diciembre de 2022 en el marco de la llamada Operación Etilox.

El cargamento, interceptado por la Fiscalía de Alto Hospicio, tenía como destino Bolivia, donde sería transformado en cocaína. Sin embargo, lo que debía resolverse con rapidez se convirtió en un símbolo de inacción: los químicos permanecieron abandonados en la explanada del Puerto de Arica durante casi tres años, bajo la gestión de tres ministros del Interior y cuatro delegados presidenciales regionales, mientras se acumulaban críticas por la ineficiencia y los riesgos que implicaba mantenerlo en un recinto portuario.

La operación de destrucción

Recién ahora el Gobierno logró adjudicar el contrato para la eliminación de la carga. La empresa Ambipar Environment Chile Limitada, especializada en residuos tóxicos, se hará cargo del proceso por un monto de $493 millones.

El plan contempla trasladar paulatinamente los contenedores hasta una planta en Sierra Gorda (Antofagasta), donde el químico será sometido a un tratamiento que lo volverá inerte, para luego ser enterrado en una bóveda de seguridad.

El Ministerio del Interior, en una breve declaración, confirmó que “ya se inició el proceso para trasladar las sustancias hacia la Región de Antofagasta de manera segura, proceso que tendrá un plazo de 10 meses aproximadamente”.

La compañía inició la operación con una primera toma de muestras a mediados de agosto, lo que permitió definir el estado del material y el plan técnico para su eliminación.

Riesgos ignorados

La permanencia de este cargamento en el puerto generó múltiples advertencias sobre los peligros asociados, tanto para trabajadores como para la ciudad de Arica. No se trataba solo de un botín para el narcotráfico, sino de una verdadera bomba de tiempo: los químicos vencidos podían generar fugas tóxicas, incendios o accidentes con consecuencias ambientales graves.

El senador José Durana (UDI), uno de los principales denunciantes del caso, acusó negligencia estatal y llevó la situación a la Contraloría General de la República. Este episodio demuestra que falta un protocolo claro y expedito. No podemos esperar años para eliminar químicos peligrosos, con el puerto convertido en bodega improvisada de sustancias que ponen en riesgo a la ciudadanía, señaló.

Más cargamentos en espera

El episodio de la Operación Etilox no es aislado. Según confirmó el fiscal regional de Arica y Parinacota, Mario Carrera, aún permanecen en custodia otros cargamentos incautados entre 2023 y 2025.

El Juzgado de Garantía de Arica fijó el 30 de junio un plazo de 200 días para subastar 453 toneladas de carbonato de sodio y 22 toneladas de acetato de etilo. En caso de que no se logre su remate, el tribunal autorizó que sean reciclados, transformados o destruidos.

Es decir, los puertos del norte siguen acumulando cargamentos tóxicos sin destino claro, a la espera de decisiones judiciales y administrativas.

Una operación inédita y una lección pendiente

La destrucción de las casi 600 toneladas incautadas en 2022 marcará un hito logístico y ambiental en Chile. Nunca antes se había enfrentado un procedimiento de este tipo, con semejante volumen de precursores químicos. Pero también deja al descubierto la fragilidad de los protocolos estatales frente al narcotráfico: la demora de casi tres años y la falta de coordinación pusieron en entredicho la capacidad del país para gestionar de forma rápida y segura este tipo de decomisos.

Mientras los primeros camiones avanzan hacia Antofagasta con la carga, la pregunta de fondo sigue abierta: ¿seguirá Chile improvisando frente a los decomisos de sustancias químicas o se establecerá, de una vez por todas, un protocolo riguroso que evite que estas bombas de tiempo queden abandonadas a merced del azar?

Belén Pavez

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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