
El informe de Cuentas Nacionales Regionales del Banco Central reveló que la economía tarapaqueña no logra encontrar un punto de inflexión desde fines de 2024, con descensos sucesivos que han profundizado la brecha entre el crecimiento nacional y la realidad local.
Tarapacá volvió a tropezar. Y esta vez, con fuerza. Mientras el país avanza con pasos lentos pero firmes, la región del norte profundo camina en sentido contrario. Los números no mienten: la economía regional encadenó su cuarto trimestre consecutivo de caída, consolidando uno de los períodos más complejos de los últimos años para el territorio.
De acuerdo con el más reciente informe del Banco Central, el Producto Interno Bruto (PIB) de Tarapacá se contrajo un 8% durante el tercer trimestre, convirtiéndose en la región con peor desempeño económico del país en ese período. El contraste es evidente: a nivel nacional, la economía creció un 1,6% anual, mientras Tarapacá profundizó su desaceleración.
El peso de la minería y un motor que no arranca
El informe del ente emisor apunta a un factor clave: la minería del cobre, históricamente el motor económico regional, volvió a frenar. La menor actividad extractiva arrastró el desempeño general, aunque el golpe fue parcialmente amortiguado por la industria pesquera y el sector servicios, que mostraron señales de resistencia en medio del escenario adverso.
La caída no es un episodio aislado. El retroceso comenzó a fines de 2024, cuando el PIB regional bajó un 2,9%. Luego vino el golpe más duro: una contracción de 15,5% en el primer trimestre de 2025, seguida de una baja de 3,7% en el segundo trimestre. En todos esos períodos, Tarapacá lideró —negativamente— el ranking nacional.
La última bocanada de aire llegó hace más de un año, en el tercer trimestre de 2024, cuando la región anotó un crecimiento de 2,2%. Desde entonces, la recuperación no ha vuelto.
El consumo resiste, aunque no alcanza
En medio del panorama sombrío, hay una luz tenue. El consumo de los hogares mostró un crecimiento de 3,9%, impulsado por el gasto en servicios personales, restaurantes y hoteles. También influyeron las compras de alimentos, vestuario y calzado, junto con un mayor gasto en bienes durables, especialmente vehículos.
Sin embargo, esta resistencia del consumo no ha sido suficiente para revertir la tendencia general. El músculo productivo regional sigue debilitado, y el repunte no logra consolidarse.
Empleo: menos presión, pero sin despegue
En el mercado laboral, el escenario es menos dramático, aunque tampoco alentador. Durante el tercer trimestre, la tasa de desocupación se ubicó en 8%, una mejora frente al 8,7% del trimestre anterior y muy por debajo del 11,2% registrado a comienzos del año pasado.
Aun así, el número de personas ocupadas mostró una leve baja: 188.400 empleos, menos que los 190.600 del trimestre previo. Datos más recientes del INE indican que el desempleo subió levemente a 8,2% en el trimestre móvil agosto-octubre, aunque sigue por debajo del promedio nacional de 8,4%.
Una región estratégica, atrapada en la desaceleración
Con casi 370 mil habitantes, Tarapacá es una región clave para el norte de Chile. Su economía descansa sobre pilares como la minería —con operaciones emblemáticas como Collahuasi, Quebrada Blanca y Cerro Colorado—, además del comercio, los servicios y la pesca.
Pero hoy, esos pilares no están sosteniendo el crecimiento. La economía regional sigue sin encontrar el punto de inflexión que le permita dejar atrás la racha negativa.
El diagnóstico es claro y preocupante: Tarapacá no logra subirse al tren de la recuperación nacional. Y mientras el país avanza, la región sigue buscando el impulso que le permita volver a crecer.







