La iniciativa que pretende la legalización del aborto fue anunciada por el presidente Gabriel Boric el sábado recién pasado, durante su tercera cuenta pública y generó polémicas, principalmente, desde la oposición. Incluso, un grupo de parlamentarios se retiró del Salón de Honor del Congreso en señal de rechazo justo cuando el Mandatario entregaba la noticia.
De acuerdo con lo señalado por la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, la propuesta general será presentada en diciembre y constituirá un proyecto para legalizar el aborto en Chile, pues, la autoridad de la cartera anunció que “no bastará” sólo su despenalización.
“Esto lo vamos a hacer acompañado de diálogo social porque, efectivamente, el legislativo es muy importante, pero también las opiniones que son muy diversas, a favor y en contra en la sociedad, y por lo tanto vamos a llevar a cabo ese proceso de diálogo», dijo Orellana, además de resaltar que las mujeres en Chile merecen que se abra la discusión en un marco democrático, debido a que el derecho al aborto por motivos amplios de salud estuvieron vigentes desde 1931 hasta 1989, momento en que sin ninguna discusión “se derogó por un decreto del dictador (Augusto Pinochet)», enfatizó la ministra.
¿LEGALIZACIÓN O DESPENALIZACIÓN?
En concreto, la ministra Antonia Orellana comentó a Cooperativa que lo que se propondrá en diciembre es un proyecto de legalización.
“¿Por qué no solo de despenalización? Creo que este es un punto importante para un gobierno progresista, porque si solo despenalizamos, es decir, terminamos con la persecución penal del aborto, no vamos a estar garantizando que las mismas mujeres y chicas pobres que hoy compran Misotrol por internet, que se someten a procedimientos precarios en el campo, puedan tener acceso a salud digna y, por lo tanto, la despenalización no basta«.
LÍMITES
Sobre el tope de semanas de gestación, la ministra Orellana fue enfática en indicar que no hay ningún país del mundo en donde el aborto legal no tenga límites.
“Hay proyectos anteriores. Hay que recordar también, por ejemplo, que, en las primarias presidenciales del 2021, la candidata -hoy senadora (Yasna) Provoste-, y en conjunto con, digamos, los partidos que lo apoyaban plantearon hasta las 14 semanas«.
«Hay modelos también de distintos grados en distintos países. Estamos buscando, por supuesto, lo que se acerque más a la realidad del servicio asistencial chileno», aseguró.
SIN COLORES
Inmediatamente tras el anuncio del sábado, la ministra Orellana indicó que la discusión sobre la interrupción legal del embarazo “no tiene color político, excepto (de) un grupo que es bastante identificado, que es más bien furibundamente en contra. Y, en segundo lugar, en el que nadie, ni quienes estamos a favor o en contra del proyecto, pueden arrogarse el tener la voz total del pueblo chileno al respecto».
Es más, en conversación con el citado medio, la titular de la cartera de la Mujer, aseveró que “este no es un tema que necesariamente tenga sector político, es un tema en el cual, de acuerdo al Centro de Estudios Públicos: solo un 19 por ciento de la población está de acuerdo con que (el aborto) sea un delito, al menos un 30 por ciento de la población está de acuerdo con que sea legal, y por supuesto, es mucho más amplia respecto a las tres causales, que, en nuestro país, ya tienen acuerdo».
Así como mencionó que la discusión sobre la legalización del aborto propone “un debate profundo en la sociedad que no les pertenece a las fuerzas políticas”.
OTRAS VERSIONES
Gloría Hutt, presidenta de Evópoli, aseguró que es «importante respetar las posturas».
Además, afirmó que la discusión no afectaría «el avance de otros proyectos que están en curso y que son urgentes para las personas. Esto no parece como una prioridad cuando uno va a terreno, puede ser que por la naturaleza del tema no surja entre las preocupaciones que las personas transmiten», pero que «más allá de eso, es legítimo que haya grupos que lo planteen y que el Presidente, fiel a su programa, también lo haga ver».
Asimismo, Hutt expresó que no coincide con los parlamentarios que se retiraron de la Sala tras el anuncio, indicando que “uno puede estar de acuerdo o no y tiene que plantear sus argumentos, y también es muy importante respetar las posturas», dijo.
Por su parte, Marco Barraza (PC), valoró la actitud dialogante de Hutt que, a su juicio, «no se observa esa misma convicción democrática en toda la derecha, el que se hayan levantado parlamentarios y se hayan retirado de la Sala, dice mucho y es una mala señal democrática».
En tanto, Isidro Solís, vicepresidente de Amarillos, indicó que el proyecto es “un saludo a la bandera”, pues que debido a las mayorías parlamentarias no termine en ley.
También remarcó la importancia de “pasar rápidamente el trago, sincerar las posiciones de cada uno», y que para evitar que el tema “se transforme en un elemento disturbador del debate, lo que debería hacer el Presidente es enviar el proyecto a la brevedad, porque cuando uno hace un anuncio, de repente las palabras dicen mucho y no dicen nada».
A su vez, Gonzalo Winter, diputado de Convergencia Social criticó a quienes se han negado a continuar el debate en otras materias si es que el proyecto de la legalización del aborto sigue su curso, pues “eso va contra la ética parlamentaria», aseveró.
Además, expresó que «lo que yo quiero discutir es sobre la pertinencia y la forma de regular este ámbito, que claramente la sociedad chilena merece dar esa discusión. Y en democracia la discusión es con argumentos, y el lugar donde se discute es en el Congreso Nacional«.
