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PERÚ Y CHILE BLINDAN SU FRONTERA: SE DISPARAN LOS PATRULLAJES CONJUNTOS PARA FRENAR LA MIGRACIÓN IRREGULAR

En una frontera donde el polvo parece nunca asentarse y las huellas se pierden en la vastedad del desierto, dos países decidieron ayer tensar la cuerda y reforzar su vigilancia. En una sesión virtual cargada de diplomacia, advertencias y acuerdos estratégicos, Perú y Chile dieron luz verde a un incremento significativo de los patrullajes simultáneos con un norte claro: contener la migración irregular y cerrarle el paso a las redes delictivas que han encontrado en el tránsito fronterizo un terreno fértil.

El cónclave fue liderado por el viceministro peruano Félix Denegri y su par chilena, la subsecretaria Gloria de la Fuente, quienes encabezaron la segunda reunión del Comité Binacional de Cooperación Migratoria, instancia que se ha transformado en un termómetro para medir la tensión –y la cooperación– entre ambos países ante el imparable fenómeno migratorio.

Un territorio áspero, una vigilancia redoblada

Con la presencia de autoridades policiales, migratorias y del Interior, las delegaciones diseñaron una operación fronteriza que se sostiene en dos pilares:

  • mayor presencia policial conjunta en terreno,
  • y un sistema actualizado de intercambio de información estratégica.

El plan implica que la Policía Nacional del Perú (PNP), Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones (PDI) coordinen en tiempo real el movimiento de personas que cruzan la línea limítrofe por pasos habilitados y aquellos que insisten en transitar por rutas clandestinas.

Para ambos gobiernos, el aumento de patrullajes no busca solo marcar presencia, sino asfixiar las redes que —según informaron autoridades— estarían detrás del tráfico de migrantes y otras modalidades delictivas transnacionales.

Discurso firme, tono precautorio

Durante la cita, las partes coincidieron en que la línea divisoria no puede transformarse en un corredor sin control, y que las acciones deberán equilibrar seguridad y economía: reforzar el resguardo sin obstruir el comercio, el transporte de carga ni la circulación regular de ciudadanos.

En paralelo, se activará un canal directo entre cancillerías y oficinas de control migratorio para anticipar crisis, detectar flujos inusuales y evitar que los sistemas de atención colapsen ante eventuales oleadas.

Un acuerdo con mensaje político

Aunque el tono fue diplomático, el mensaje quedó claro: Perú y Chile no dejarán la puerta entreabierta. El reforzamiento de la vigilancia es la primera señal de una estrategia que busca elevar los costos para quienes intenten evadir los procedimientos oficiales.

En un contexto en que la migración irregular se ha convertido en punto de fricción en la agenda política interna de ambos países, este pacto bilateral representa un blindaje que apunta a calmar presiones ciudadanas y fortalecer la seguridad regional.

El telón de fondo

Detrás del anuncio, subyace una realidad irrefutable: la frontera no es solo una línea en el mapa, sino un escenario donde confluyen angustias humanas, intereses criminales y decisiones de Estado. Y ahora, con patrullajes más frecuentes y una vigilancia compartida, la distensión parece menos probable que una escalada de controles.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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