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“OPERACIÓN TIJERA”: LA MANIOBRA DE CHILE VAMOS PARA RECORTAR LOS FONDOS DE BORIC SIN TOCAR A FREI

En los pasillos del Congreso se respira cautela, cálculo y algo de miedo. No se trata de una ley cualquiera: lo que está en juego es el dinero que el Estado entrega de por vida a los expresidentes de la República. Y ahora, con un Gabriel Boric que dejará La Moneda con apenas 40 añoPresupuesto,s, la derecha quiere poner tijera… pero sin cortar demasiado, no vaya a ser cosa que Eduardo Frei se sienta alcanzado por la poda.

Este miércoles, a las tres de la tarde, la Cuarta Subcomisión Mixta de Presupuesto volverá a convertirse en una sala de cirugía política. Sobre la mesa, una pieza particularmente delicada: las asignaciones que recibirán los exmandatarios. Allí se definirá si el próximo inquilino que abandone Palacio —Gabriel Boric— accederá o no a los mismos beneficios que hoy reciben Frei, Lagos y Bachelet.

La batalla del presupuesto: una cirugía con bisturí fino

El monto en discusión no es menor. Según los cálculos del Senado, Boric —si nada cambia— recibiría más de $17 millones mensuales, divididos entre una dieta personal de $7,3 millones y $10,3 millones destinados a oficinas, personal y traslados.

En el papel, es el mismo trato que se aplica a todos los expresidentes desde el año 2000. Pero en la práctica, su juventud lo convierte en un caso incómodo para todo el arco político.

“¿Un exmandatario de 40 años con fondos públicos vitalicios?”, murmuran en los pasillos de la Cámara. La pregunta no es menor: si Boric vive hasta los 80, el Estado le transferiría más de 8 mil millones de pesos durante su retiro.

Por eso, Chile Vamos busca una fórmula “quirúrgica” para reducir las asignaciones… sin desatar un incendio institucional. El plan: mantener las dietas, que están blindadas por ley, pero recortar las asignaciones, que dependen cada año de la Ley de Presupuestos.

El problema es que ese bisturí podría herir a otros. Si se aprueba el tijeretazo, Frei, Lagos y Bachelet también perderían parte de los recursos que financian sus oficinas y equipos.

El caso Frei: el paciente que nadie quiere tocar

En las conversaciones internas, Eduardo Frei Ruiz-Tagle se convirtió en el nombre que todos susurran, pero pocos pronuncian.

El exmandatario DC —según los registros de transparencia del Senado— es quien más utiliza los fondos de asignación: más de $8 millones mensuales para su equipo y cerca de $1,8 millones en traslados, todo con rendición simplificada.

Y justo ahora, cuando en Chile Vamos se multiplican los guiños hacia Frei para un eventual apoyo a Evelyn Matthei, nadie quiere que el expresidente se sienta “dañado” por un recorte que parece apuntar al joven Boric, pero que puede impactar también a él.

De allí surgió una idea intermedia: establecer una edad mínima para recibir los beneficios, por ejemplo, a partir de los 65 años.

Así, Frei, Lagos y Bachelet seguirían a salvo, y Boric quedaría automáticamente fuera del beneficio durante al menos 25 años.

La oposición afina la tijera (y el oficialismo la mira con recelo)

El diputado Jorge Alessandri (UDI) ya lo adelantó:

“Nuestra posición es que estos fondos no pueden ir en la Ley de Presupuestos. Vamos a votar en contra, o a favor de una fórmula que los limite desde los 65 años”.

En la derecha hay consenso en avanzar, pero también votos disponibles en el oficialismo. Parlamentarios del PS, PPD e incluso Demócratas —todos cercanos a los expresidentes concertacionistas— estarían dispuestos a apoyar un cambio que proteja a sus líderes históricos y, de paso, marque distancia del actual Gobierno.

Sin embargo, no todos quieren un bisturí tan preciso. Camila Flores (RN) empuja una versión más radical:

“Lo ideal sería un recorte parejo. Si eliminamos los fondos para Boric, eliminémoslos para todos. Cualquier expresidente puede vivir con dignidad sin estos privilegios.”

La Moneda en alerta: una defensa cada vez más solitaria

En el Gobierno saben que el frente se les viene encima. El argumento del Ministerio de Hacienda —que las asignaciones son un derecho constitucional y no un gasto discrecional— pierde fuerza entre los propios parlamentarios del oficialismo.

Incluso los secretarios de la Cámara, Miguel Landeros, y del Senado, Raúl Guzmán, han señalado que las asignaciones no están consagradas en ninguna ley permanente, sino que dependen del presupuesto anual. En palabras simples: el Congreso puede cortarlas cuando quiera.

Esa interpretación, respaldada por informes jurídicos, debilita la postura del Ejecutivo y deja a Boric en una posición incómoda: ser el primer presidente democrático al que podrían recortar los beneficios antes incluso de dejar el poder.

El fondo del debate: pensiones de oro o justicia fiscal

Más allá de las maniobras políticas, la discusión abre un debate ético de fondo.
¿Debe el Estado financiar de por vida a sus expresidentes, sin importar su edad o patrimonio?
¿Es justo que un exmandatario de 40 años reciba recursos públicos mientras millones de chilenos sobreviven con pensiones mínimas?

La respuesta, por ahora, está en el Congreso. Pero el pulso ya comenzó: una operación política de precisión, donde cada corte puede cambiar el mapa de las alianzas y dejar cicatrices profundas en la política chilena.

Porque esta no es solo una pelea por dinero.
Es una lucha por símbolos, poder y memoria.
Y como en toda cirugía compleja, un movimiento en falso puede hacer sangrar a más de uno.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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