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OJOS QUE NO DUERMEN: CÁMARAS MUNICIPALES FRUSTRAN ROBO NOCTURNO EN ALTO HOSPICIO

En medio del silencio de la madrugada, dos sombras se movían entre las calles de Las Avellanas. No sabían que el ojo tecnológico del municipio los vigilaba. Lo que parecía un hurto menor terminó en un operativo relámpago que volvió a demostrar que, en Alto Hospicio, la delincuencia ya no tiene tregua.

La noche parecía tranquila. El viento helado del desierto arrastraba polvo sobre las calles vacías de Alto Hospicio cuando, poco antes del amanecer, dos figuras se deslizaron por la esquina de Las Avellanas con Pan de Azúcar. Su objetivo: el Club de Adulto Mayor “Deseos de Vivir”, un espacio donde cada tarde se reúnen abuelos y abuelas para compartir historias, risas y recuerdos… Pero esa madrugada, el lugar sería escenario de una intrusión tan absurda como indignante.

Desde la Central de Cámaras de Televigilancia Municipal, un operador observaba los monitores que dividen la ciudad en cientos de pequeñas ventanas. De pronto, una imagen rompe la monotonía de la pantalla: un sujeto trepa la reja metálica del club con la agilidad de quien ya lo ha hecho antes. Otro, en la vereda, lo espera con mirada nerviosa.

En segundos, las cámaras captan el momento exacto en que el intruso extrae un tambor de plástico HDPE de grandes dimensiones —un contenedor que los adultos mayores usaban en sus actividades—, lo alza con esfuerzo y lo pasa por encima del cerco. Ambos se pierden caminando entre calles oscuras, sin saber que sus pasos están siendo rastreados por el sistema de televigilancia municipal.

El ojo electrónico que nunca parpadea

En el centro de monitoreo, la alerta se activa. Los inspectores de Seguridad Ciudadana coordinan rápidamente el seguimiento visual y dan aviso a Carabineros de la 3ª Comisaría de Alto Hospicio.
Lo que sigue es una persecución silenciosa, de pantallas y radios, donde cada cámara toma el relevo de la anterior hasta ubicar a los sospechosos a varias cuadras del lugar.

La coordinación resulta impecable: los patrulleros interceptan a los sujetos y los reducen en plena vía pública, recuperando el tambor robado. En pocos minutos, la noche recupera su calma.

El tambor vuelve al Club “Deseos de Vivir”, y con él, un mensaje claro: la tecnología, la prevención y la cooperación entre instituciones están dando resultados reales en la seguridad de los vecinos.

Seguridad con rostro humano

El operativo es parte del plan integral impulsado por el alcalde Patricio Ferreira y el Honorable Concejo Municipal, que busca fortalecer la red de televigilancia y la presencia preventiva en los barrios.
“Este es el fruto del trabajo conjunto entre el municipio, nuestros inspectores y Carabineros. Cada detención lograda significa un espacio más seguro para nuestros adultos mayores, para las familias y para todos los hospicianos”, destacan desde la administración local.

El tambor recuperado fue devuelto al recinto por los equipos municipales, un gesto que los socios del club recibieron con emoción. “Ese tambor lo usamos en nuestras actividades, en las jornadas de reciclaje. Es parte de lo que hacemos para mantenernos activos”, comentó una de las integrantes del grupo al enterarse de la noticia.

Una noche, dos detenidos y una ciudad vigilante

Lo ocurrido no es un hecho aislado: forma parte del compromiso permanente de Alto Hospicio con una seguridad moderna, colaborativa y humana.

Cada cámara, cada patrulla, cada llamada oportuna construye una muralla invisible contra la delincuencia.
Y esta vez, en el barrio Las Avellanas, esa muralla funcionó a la perfección.

Porque cuando el delito se mueve entre sombras, en Alto Hospicio ya hay ojos que nunca duermen.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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