
Con el inicio de las celebraciones de septiembre a la vuelta de la esquina, la Delegación Presidencial Regional de Tarapacá hizo un llamado enfático a la ciudadanía: el izamiento del Pabellón Nacional los días 18 y 19 de septiembre, que no es solo un acto simbólico, sino una obligación legal.
Amparada en lo dispuesto por la Ley N° 20.537 y el histórico Decreto Supremo N° 1534 de 1967, la autoridad recordó que todos los hogares, edificios públicos y privados deben lucir la bandera en estas fechas, bajo el cuidado y respeto que merece uno de los símbolos más reconocidos de la identidad nacional.
Una norma con historia y sentido
Aunque cada septiembre muchos chilenos despliegan con orgullo el emblema tricolor, no todos saben que su uso está regulado por ley. El artículo 2° de la normativa vigente establece que el pabellón puede izarse sin autorización previa, pero subraya que en determinadas efemérides —como el 18 y 19 de septiembre— su presencia es obligatoria.
La Delegación explicó que el cumplimiento de esta tradición va más allá de la normativa: “No se trata solo de una disposición legal, sino de un gesto de unidad, memoria histórica y respeto hacia los valores que dieron origen a nuestra República”.
La bandera como reflejo de identidad
El recordatorio institucional no se limitó a la norma. También evocó la mirada poética del Premio Nobel Pablo Neruda, quien describió el proceso casi artesanal de la creación de la bandera chilena: “El pueblo las bordó con su ternura, cosió los trapos con su sufrimiento. Clavó la estrella con su mano ardiente. Y cortó, de camisa o firmamento, azul para la estrella de la patria. El rojo, gota a gota, iba naciendo”.
Con estas palabras, la Delegación buscó resaltar el carácter simbólico del izamiento, transformando la acción cotidiana de colgar la bandera en un homenaje vivo a la historia y la memoria colectiva.
Multas y fiscalización
Si bien el llamado principal fue a la conciencia cívica, la autoridad también recordó que no cumplir con esta obligación puede derivar en multas que oscilan entre 1 y 5 UTM, dependiendo del caso. Además, se exige que la bandera se despliegue en buen estado, con las proporciones y colores correctos, evitando improvisaciones que atenten contra la dignidad del símbolo nacional.
Un septiembre de unidad
En vísperas de las Fiestas Patrias, la invitación es clara: vestir de tricolor balcones, patios y espacios públicos no solo embellece las calles, sino que fortalece el sentido de comunidad y pertenencia.
“Más que una imposición, izar la bandera es una oportunidad para recordar lo que nos une como país. Cada paño desplegado es un pedazo de nuestra historia compartida”, señalaron desde la Delegación Presidencial de Tarapacá.