
Como parte de la estrategia del Estado para reforzar la seguridad y el control del comercio en zonas estratégicas, autoridades del Ministerio de Obras Públicas y del Servicio Nacional de Aduanas realizaron una visita inspectiva a las nuevas dependencias del Complejo Aduanero Quillagua, infraestructura que entrará en pleno funcionamiento en febrero de 2026.
El proyecto consideró la renovación total del antiguo recinto, operativo desde la década del setenta, y significó una inversión superior a los 28 mil millones de pesos, destinada a dotar a la Región de Tarapacá de un punto de control moderno, seguro y tecnológicamente avanzado, clave en la prevención del contrabando y del crimen organizado.


Las nuevas instalaciones se enmarcan en un plan nacional de fortalecimiento de la infraestructura fronteriza, impulsado por el Gobierno y ejecutado por el MOP, que busca optimizar el control del ingreso y salida de personas y mercancías, especialmente en áreas vinculadas a la Zona Franca. A este esfuerzo se suman otros proyectos en desarrollo, como el complejo fronterizo de Colchane y el futuro complejo aduanero del Loa.
Desde el Ejecutivo se destacó que este tipo de obras no solo refuerzan la seguridad, sino que también mejoran las condiciones laborales de los funcionarios públicos y la experiencia de los usuarios, al facilitar un tránsito más expedito de carga y pasajeros, reduciendo tiempos de espera y costos logísticos.
El nuevo complejo funcionará los 365 días del año, contará con casi 3 mil metros cuadrados de superficie, un edificio administrativo de dos niveles y una separación clara de flujos para pasajeros, carga y vehículos particulares. Además, dispondrá de camión escáner operativo las 24 horas, sistema de cámaras de vigilancia y una sala de monitoreo permanente.


Para el personal, la infraestructura incorpora habitaciones climatizadas, oficinas, áreas de descanso y espacios inclusivos, asegurando condiciones adecuadas para una operación continua en un entorno de exigencia climática.
En materia de sustentabilidad, el recinto incorpora tres plantas fotovoltaicas independientes, que permiten su funcionamiento íntegramente con energía limpia, además de sistemas de reutilización de aguas y gestión responsable de residuos, cumpliendo con estándares de certificación ambiental.



Con esta obra, el Estado refuerza su capacidad de control en un punto clave del norte del país, consolidando a Quillagua como un eslabón estratégico en la seguridad, la fiscalización aduanera y la conectividad económica nacional e internacional.










