La tormenta tropical Trami ha dejado un saldo trágico en Filipinas, con al menos 82 fallecidos y más de dos millones de personas afectadas. Las autoridades filipinas, apoyadas por equipos de rescate, trabajan intensamente para ayudar a las personas atrapadas en sus hogares debido a las severas inundaciones. La tormenta tocó tierra en Isabela, una provincia del norte, y aunque ya abandonó el territorio filipino, el daño persiste en varias localidades del país.
Las fuertes lluvias asociadas a Trami provocaron precipitaciones que en solo dos días equivalen a dos meses de lluvias regulares en la región. Como resultado, 200,000 personas tuvieron que ser evacuadas de sus hogares por riesgo de inundaciones. Pueblos enteros han quedado sumergidos, obligando a los residentes a refugiarse en los tejados, a la espera de ser rescatados. Esta situación ha puesto a prueba a los equipos de emergencia, que intentan acceder a las zonas más afectadas.
El Consejo Nacional de Gestión de Desastres (NDRRMC) confirmó que más de 1,200 viviendas resultaron dañadas, y se registraron afectaciones en el transporte marítimo, lo cual impactó a unos 7,000 pasajeros. Además, el viernes continuaban cerradas las dependencias gubernamentales y escuelas en la isla de Luzón, mientras permanecían activas las alertas meteorológicas en el litoral occidental.
Filipinas enfrenta anualmente cerca de 20 tormentas tropicales y tifones, que suelen dejar tras de sí considerables daños y pérdida de vidas humanas. Trami se une a la lista de fenómenos devastadores que han golpeado al país en los últimos años, subrayando la vulnerabilidad de las comunidades frente a estos eventos climáticos extremos.
