
La madrugada del día 24 de octubre, en el pequeño poblado de Yala Yala (comuna de Camiña, Región de Tarapacá), se descubrió un flujo irregular que hasta ahora no había sido detectado: al menos 56 personas procedentes de países extranjeros ingresaron al país dentro de tres furgones, por un paso no habilitado hasta el momento. La situación fue revelada por el diario Cooperativa.
Los hechos — Ruta, vehículos y personas involucradas
Según la versión entregada por la policía, las unidades partieron por una vía de difícil acceso en la zona altiplánica, evadiendo los controles habituales de la frontera. Vecinos del lugar advirtieron al patrullaje de Carabineros de Chile que tres furgones avanzaban cargando adultos y menores. Al llegar al lugar, Carabineros los interceptó, constatando la presencia de migrantes, entre ellos 10 menores de edad, sin que hasta el momento se tenga un pleno control sobre su nacionalidad o situación migratoria.
Los tres conductores fueron puestos en libertad, con citación al Juzgado de Policía Local y una multa por circular sin la autorización del Ministerio de Transportes de Chile para traslado de pasajeros.
Un paso nuevo y desconocido — ¿Cómo ocurrió?
El descubrimiento de este “paso fantasma” en Yala Yala agrava la preocupación en la zona fronteriza. Según fuentes, el sitio no estaba habilitado oficialmente para cruces migratorios, lo que abre interrogantes sobre quién facilitó la ruta, cómo operaba y por cuánto tiempo había funcionado en la clandestinidad. Este hecho se suma a la grave crisis migratoria que afecta al norte de Chile, especialmente en la frontera con Bolivia.
Derechos vulnerados e instituciones en tensión
Además del ingreso irregular, se generó polémica cuando el personal del Centro de Salud Familiar de Huara (CESFAM Huara) se negó a atender a los menores ingresados, quienes luego fueron derivados al establecimiento de salud de la comuna de Pozo Almonte.
Ante esto, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) está evaluando presentar acciones legales por posible vulneración de derechos de infancia y migrantes.
La mirada internacional y regional — Un problema que escala
Este incidente no es aislado. En la frontera norte de Chile, la entrada irregular de personas por pasos no habilitados se ha vuelto recurrente. Por ejemplo, los movimientos de migrantes venezolanos y bolivianos hacia la Región de Tarapacá son parte de un fenómeno que ha sido reportado en estudios sobre la crisis migratoria del norte chileno.
Las condiciones altiplánicas, con rutas difíciles de vigilar, generan un terreno propicio para redes de tránsito irregular. En este caso, la identificación de un nuevo paso —robusto en contexto y con decenas de personas— alerta a las autoridades sobre una posible expansión del fenómeno.
Consecuencias inmediatas y preguntas claves
- ¿Cuál es el perfil de las personas que ingresaron? Se sabe que hay menores, pero no se han detallado nacionalidades ni su situación migratoria.
- ¿Qué tan preparado está el sistema de salud y de protección social de la zona para responder a ingresos masivos o en condiciones irregulares?
- ¿Quiénes están detrás del tránsito clandestino por este paso? ¿Existen redes organizadas que facilitan el movimiento de personas?
- ¿Qué medidas tomará el gobierno para reforzar los controles en la frontera y los pasos de alta montaña?
En la frontera del control
El caso de Yala Yala es una llamada de atención: cuando se localiza un paso nuevo y desconocido, la frontera se vuelve una línea de vulnerabilidad. Más de medio centenar de personas, menores incluidos, cruzaron a Chile por una ruta no regulada, mientras instituciones locales y nacionales se enfrentan al reto de proteger derechos, controlar flujos y evitar que la clandestinidad se convierta en norma.
La comunidad, las autoridades y las organizaciones de derechos humanos deberán actuar de forma coordinada para responder a este tipo de rutas clandestinas que ponen en riesgo tanto a migrantes como a la seguridad fronteriza.







