Salud

¿LEER CON POCA LUZ DAÑA LA VISTA?

Seguro que alguna vez has leído con escasa luz y te han llamado la atención por ello: Te vas a quedar ciego, se te va a quemar la vista… Sin embargo, ¿qué hay de cierto en ello?. ¿De verdad nuestros ojos pueden perder visión con una lectura mal iluminada? Francisco J. Muñoz Negrete, director de la revista Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) aclara esta cuestión: “Se trata de un mito muy extendido. No hay base científica en ello”.

El especialista explica que “lo único que determinan bajos niveles de iluminación es un sobreesfuerzo visual para compensarlos”. En este tipo de ambientes, funcionan más los bastones que los conos, es decir, las células de la retina que menos definición y rango cromático proporcionan. Por esta razón, la calidad de la visión es menor.

Por otro lado, las pupilas se dilatan en la oscuridad, causando una menor profundidad de foco, así como una mayor dificultad para enfocar de cerca, tal y como ocurre al aumentar el diámetro del diafragma de una cámara de fotos. Todo ello provoca un mayor esfuerzo visual que, aunque no se ha demostrado que este dañe nuestra vista, sí puede producir otros efectos sobre nuestra salud.

“Puede originarse una mayor fatiga, cansancio o cefalea, síntomas reversibles tras el conveniente descanso”, afirma Muñoz, quien insiste en que leer con poca luz no tiene ningún efecto irreversible. Otros signos que una baja iluminación puede ocasionar son escozor o enrojecimiento en los ojos.

¿Es malo ver la televisión a oscuras?

Al igual que en el cine, a muchas personas les encanta ver en casa una serie o película completamente a oscuras. ¿Cómo reacciona nuestra vista ante estas situaciones? El miembro de la SEO responde que ocurre algo parecido a cuando leemos con poca luz: “En ambientes oscuros, las pupilas se dilatan y la calidad de la imagen es peor. Hay menos profundidad de foco, un enfoque menos preciso y los medios ópticos están sujetos a aberraciones ópticas que se evitan con un tamaño menor de pupila”.

Además, en estos casos, el experto añade que el contraste de la luz brillante de la televisión con el ambiente oscuro puede determinar un sobreesfuerzo mayor a nuestra retina, a la que obligamos a adaptarse continuamente a una iluminación intensa-oscuridad. Por ello, tener encendida una luz tenue de fondo puede favorecer una visión más descansada.

No obstante, Muñoz advierte de que también influye la presencia de determinadas patologías oculares del paciente. En este sentido, cierto tipo de cataratas produce un deslumbramiento intenso, por lo que un ambiente menos iluminado en estos casos puede ser más confortable.

“Lo que está claro es que ver la televisión a oscuras, con luz tenue o de forma completamente iluminada no nos va a perjudicar. Cada uno debe adaptar los niveles de iluminación a su comodidad, de forma que obtenga una visión más relajada”, resume el miembro de la SEO.

¿Qué tipo de luz es la mejor para la vista?

Antes que nada, hay que tener en cuenta que la mejor luz para leer o estudiar es la natural. Por esta razón, es a la que debemos recurrir siempre que sea posible.

Sin embargo, en caso de no poder utilizar luz natural para la lectura, Muñoz recomienda que lo ideal es decantarnos por una iluminación que podamos dirigir para evitar brillos y que sea posible regular su intensidad para hacerla más confortable. “La luz cálida es más amarilla, frecuente en las lámparas de noche. El ambiente que crea es muy relajante, pero precisamente por ello no incita a la concentración”, detalla el oftalmólogo, quien indica que esta iluminación más acogedora es propicia para exteriores, salas de espera, sitios de hostelería o áreas destinadas a la relajación, entre otros lugares.

Por otra parte, una luz fría proporciona un mayor rango cromático. No distorsiona entonces el color de los objetos, de forma que el ojo humano los percibe de una forma más parecida al color real. Así, esta luz facilita que la concentración sea mayor, por lo que está más presente en zonas de trabajo.

En definitiva, Muñoz repite que “ni la luz amarilla ni la blanca son las más saludables o perjudiciales para nuestra visión. Cada una debe utilizarse en el entorno adecuado a sus propiedades”.

Cómo descansar la vista

Aunque una baja iluminación no causa daño alguno en nuestra visión, sí puede provocar un mayor cansancio. Con el objetivo de evitar la fatiga visual, Muñoz recomienda seguir estos dos hábitos:

Parpadear regularmente, pues es común que cuando se utilizan pantallas por periodos muy prolongados nos olvidemos de hacerlo. “La película lagrimal entonces se evapora y la superficie ocular pierde su lubricación, produciendo una sensación de cuerpo extraño y sequedad ocular”, manifiesta el especialista.

Mirar un objeto lejano periódicamente en aquellos casos en los que se utilicen pantallas o durante una lectura prolongada. En concreto, Muñoz declara que, al observar algo que se encuentra a una distancia cercana, como un ordenador, se realiza un esfuerzo de acomodación para enfocar de cerca. Este esfuerzo continuado puede determinar una fatiga visual, aún mayor en casos de hipermetropía y en la edad de la presbicia. “Sin embargo, al mirar de lejos nuestra visión se relaja y el esfuerzo visual es menor”, concluye el oftalmólogo.

FUENTE: REVISTA SALUD Y BIENESTAR

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