ISRAEL IDENTIFICA EL DÉCIMO CUERPO DE REHÉN DEVUELTO POR HAMÁS EN FRÁGIL TREGUA EN GAZA

Frágil alto al fuego, acuerdos mediáticos y cuerpos que regresan: Israel vive un nuevo capítulo de dolor y tensión mientras solo la mitad de los rehenes muertos han sido devueltos.
En medio de la segunda semana de una tregua que aún cruje bajo tensiones y desconfianzas, Israel confirmó la identificación del décimo rehén fallecido devuelto por Hamás desde la Franja de Gaza. Se trata de Eliyahu Margalit, de 76 años, quien fue asesinado el 7 de octubre de 2023 en su kibutz Nir Oz mientras cuidaba su ganado. Tras dos años retenido en Gaza, su cuerpo fue finalmente entregado a través de la Cruz Roja Internacional y trasladado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para la identificación oficial.
“La espera ha sido interminable, pero hoy nuestro querido Eliyahu regresa a casa”, dijo un portavoz del kibutz. Margalit, descrito como un hombre de corazón bondadoso y amante de la vida en la naturaleza, se convierte así en un símbolo de las familias israelíes que han esperado años por noticias de sus seres queridos.
Alta tensión y promesas incumplidas
El regreso de Margalit pone de relieve la cruda realidad del acuerdo de paz mediado por Estados Unidos, Egipto y Qatar: aunque los rehenes vivos han sido liberados, la devolución de los cuerpos sigue retrasada. Israel denuncia que 18 cadáveres de rehenes permanecen bajo control de Hamás, mientras que la organización palestina argumenta que la extracción es dificultosa por los escombros, explosivos sin detonar y zonas inaccesibles bajo control israelí.
“Hamás tiene la obligación de cumplir el acuerdo y devolver todos los cuerpos”, recalcó el ejército israelí, mientras que la Defensa Civil de Gaza denuncia un doble rasero: la maquinaria pesada autorizada para rescatar a rehenes no se utiliza para recuperar los aproximadamente 10.000 cadáveres de palestinos sepultados bajo las ruinas del conflicto.
El delicado equilibrio de la tregua se mantiene, pero cada entrega de cuerpos aviva la tensión. Este mismo viernes, Israel devolvió 15 cadáveres palestinos a Gaza, cumpliendo con la cláusula de reciprocidad del acuerdo de alto el fuego, que estipula la entrega de los restos de 15 palestinos por cada rehén israelí fallecido que Hamás entregue.
El alto al fuego y la guerra entre acuerdos y realidades
El alto al fuego, vigente desde el 10 de octubre, fue negociado bajo estricta mediación internacional y contempla la liberación de los 20 rehenes vivos restantes y los cuerpos de los fallecidos. Sin embargo, los desafíos sobre el terreno son mayúsculos: carreteras destruidas, explosivos sin detonar y la fragmentación del territorio dificultan la recuperación completa de los cadáveres.
Mientras tanto, incidentes aislados ponen a prueba la tregua: una familia palestina fue abatida accidentalmente por fuerzas israelíes, generando nuevas acusaciones de violaciones al acuerdo. Por su parte, Hamás mantiene su postura: han liberado a los vivos y los cadáveres a los que han tenido acceso, y aseguran que para el resto se requieren “esfuerzos especiales y equipamiento técnico avanzado”.
Mirando hacia la fase dos
Las negociaciones internacionales avanzan lentamente hacia la fase dos del acuerdo, que contempla la desmilitarización de Gaza, la creación de un comité palestino tecnocrático para gobernar el enclave y la formación de una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF), bajo supervisión de Estados Unidos, con participación de tropas de diversos países. No obstante, los detalles sobre el desarme y la transferencia de poder aún son vagos y generan incertidumbre.
“Mientras no se recuperen todos los cuerpos y se garantice la seguridad de los habitantes, cualquier acuerdo seguirá siendo frágil”, advierten analistas internacionales. La tensión se combina con la esperanza: cada ataúd devuelto es un paso, aunque doloroso, hacia la resolución del conflicto.
Eliyahu Margalit: un símbolo de dolor y memoria
El kibutz Nir Oz se prepara para recibir los restos de Margalit en una ceremonia que simboliza tanto el duelo nacional como la persistente lucha por el cumplimiento de los acuerdos humanitarios. Tras la identificación de su cuerpo, solo quedan 18 rehenes fallecidos por ubicar, un recordatorio brutal de los costos humanos que aún persisten tras dos años de guerra y negociaciones.
En este escenario, la tregua no solo mide el cese de hostilidades, sino la capacidad de la diplomacia internacional para imponer humanidad en medio del conflicto, donde cada entrega de un cuerpo se convierte en una noticia de alcance global y en un paso hacia la paz, aunque sea entre lágrimas y heridas abiertas.