
La localidad de Quebe, en la Región de Tarapacá, vuelve a estremecerse tras un nuevo ataque a viviendas de la comunidad, según denunció Marisela Challapa, hija de Maximiliana, la adulta mayor que fue brutalmente asesinada en su propio hogar en abril.
Entre lágrimas, Marisela relató que la mañana de este viernes los vecinos despertaron con la noticia de un asalto y robo en el poblado, situación que revive el miedo e impotencia que sienten desde el homicidio de su madre.



“Se desgarra el alma al recordar el asesinato de mi madre. Hoy nuevamente nuestra comunidad fue víctima de robo. No es posible que nuestros territorios ya no sean seguros y que las autoridades sigan haciendo oídos sordos a nuestros llamados”, expresó.
La hija de Maximiliana recordó que, pese a las solicitudes presentadas a distintas autoridades, no se han implementado medidas concretas de protección para la comunidad, ubicada en una zona fronteriza y de difícil acceso.
Challapa denunció que la soledad y el abandono se ciernen sobre Quebe y que el temor se ha vuelto cotidiano entre sus habitantes, especialmente entre adultos mayores que viven solos. Por ello, reiteró un llamado urgente al Estado para que se garantice la seguridad en el territorio.



“Pedimos cámaras de seguridad, antena satelital y un retén de Carabineros. No podemos seguir desprotegidos mientras nuestra gente es atacada en sus propias casas”, exigió.

Además, convocó a los miembros de la comunidad a organizarse y unirse para enfrentar estas situaciones mientras esperan una respuesta concreta de las autoridades.
“Hermanos y hermanas, les pedimos compartir esta publicación y organizarnos. ¡No podemos seguir enfrentando esto solos!”, agregó.
La denuncia de Marisela vuelve a poner sobre la mesa el debate por la falta de resguardo en las zonas rurales y fronterizas, donde comunidades completas sienten que la seguridad es insuficiente frente al aumento de hechos delictivos.