
El escape se suma a una seguidilla de errores y negligencias en el sistema penitenciario, que ya había sido cuestionado por liberaciones indebidas y otros episodios graves de seguridad.
La madrugada de este viernes, tres internos escaparon del Complejo Penitenciario de Valparaíso con ayuda externa, en un hecho que ha vuelto a encender las alarmas sobre la seguridad en las cárceles chilenas y la gestión de Gendarmería.
Entre los fugados está Juan Israel González Quezada, de 27 años, condenado por el asesinato del carabinero David Florido Cisternas en junio de 2022 en Pedro Aguirre Cerda. También se dieron a la fuga Claudio Alexander Fornes Vicuña (34), condenado por tráfico ilícito de drogas y robo con homicidio, y Jairo Adonis González Miranda (25), condenado por robo con homicidio.

El escape
Según confirmó Gendarmería, el hecho ocurrió mientras la población penal se encontraba en horario de encierro en sus módulos. Personal de vigilancia advirtió que un grupo de internos estaba intentando huir y, al llegar al lugar, se constató que los reos utilizaron un cable de acero para concretar la fuga por el perímetro del penal.
“Inmediatamente se activaron todos los protocolos establecidos para este tipo de situaciones, procediendo al censo de la población penal”, indicó la institución en un comunicado. Además, se dio aviso al Ministerio Público y se coordinó con las policías la búsqueda de los evadidos.
Gendarmería instruyó un sumario administrativo para determinar eventuales responsabilidades internas.
Un sistema bajo presión
La fuga se produce en medio de una crisis de confianza en Gendarmería y fuertes cuestionamientos al ministro de Justicia, Jaime Gajardo (PC), luego de recientes liberaciones indebidas en Copiapó, La Serena y Temuco, así como la polémica huida del sicario de Meiggs en julio.
En las últimas semanas, tres internos fueron liberados por error en distintos puntos del país, lo que llevó a la remoción de directores regionales y la suspensión de funcionarios involucrados.
Además, informes reservados de Contraloría y del Poder Judicial han revelado graves falencias en el control carcelario: tráfico de drogas, extorsiones, torturas, ingreso de armas y deficiente funcionamiento de inhibidores de señal celular, pese a millonarias licitaciones.
Contexto político y cuestionamientos
El ministro Gajardo, quien en julio había exculpado a Gendarmería en el caso del sicario de Meiggs, reconoció ayer que en los últimos errores “las responsabilidades son plenamente de Gendarmería”. Sin embargo, la fuga de Valparaíso incrementa la presión política y mediática sobre su gestión.
El episodio también revive antiguos debates sobre la capacidad operativa de Gendarmería y el riesgo que representan las filtraciones, amenazas y complicidades internas para la seguridad penitenciaria.
Por ahora, las policías mantienen un amplio operativo para recapturar a los tres internos, mientras el Ministerio Público dirige las diligencias investigativas.