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EL WHATSAPP DEL INFIERNO: ASÍ FUNCIONA ZANGI, LA APLICACIÓN SECRETA DEL CRIMEN ORGANIZADO

Desde Estación Central hasta Buenos Aires, una aplicación casi desconocida se ha convertido en el canal secreto del crimen organizado. “Zangi”, una plataforma de mensajería creada en Silicon Valley y con raíces armenias, es hoy la herramienta más peligrosa del continente: permite coordinar asesinatos, secuestros y operaciones narco bajo un anonimato casi absoluto. Reportajes T13 destapó su oscuro rol en crímenes que estremecen a América Latina.

El nuevo “WhatsApp” de la oscuridad

No tiene el ícono verde ni la fama de Telegram, pero es el nuevo secreto de los narcos. Su nombre es Zangi, y aunque se promociona como una app “para quienes valoran la privacidad”, en el mundo criminal ya se le conoce como “el WhatsApp de los sicarios”.

De acuerdo a una investigación de Reportajes T13, esta plataforma de origen armenio y con sede en Silicon Valley se ha convertido en la herramienta favorita del crimen organizado, desde Chile hasta Argentina. En su interfaz sencilla se esconde un sistema de comunicación imposible de rastrear, con chats que se autodestruyen, llamadas cifradas y un nivel de anonimato que la justicia apenas comienza a descifrar.

El triple asesinato que se transmitió en vivo

El horror tuvo lugar en Buenos Aires. Tres jóvenes fueron ejecutadas fríamente por orden de un narcotraficante que las acusaba de robar droga. Pero lo más estremecedor no fue el crimen, sino la forma en que se compartió: la ejecución fue transmitida en vivo por Zangi para más de 40 miembros de una organización criminal.

El episodio marcó un antes y un después. Las autoridades descubrieron que la aplicación no solo servía para coordinar operaciones, sino también para mostrar poder y control dentro de las bandas, transmitiendo asesinatos como si fueran trofeos digitales.

Chile: secuestros y órdenes de muerte por Zangi

En territorio chileno, la Fiscalía y las policías ya rastrean la presencia de Zangi en casos de secuestros, extorsiones y homicidios vinculados al Tren de Aragua y otras organizaciones.

En una investigación sobre una banda que operaba en Estación Central, los agentes encontraron una instrucción clave:

“Viejo, descárgate la aplicación de Zangi. Toda la comunicación ahora será por allí.”

El mensaje lo dio uno de los líderes del grupo, consciente de que WhatsApp o Telegram ya no eran seguros. Desde entonces, Zangi se convirtió en el refugio digital del crimen organizado: una red paralela, sin rastros, sin números telefónicos, sin identidad visible.

Incluso se detectó que miembros del Tren de Aragua usaban la aplicación para planificar asesinatos, dando la orden de “misionar” —término interno que significa ejecutar un homicidio— únicamente a través de esta plataforma.

“Una fortaleza digital” imposible de intervenir

Ignacio Castillo, director de Crimen Organizado de la Fiscalía, lo explicó sin rodeos:

“Zangi permite llamadas y mensajes con cifrado de extremo a extremo. La información se protege completamente y se autodestruye. Es una fortaleza digital para quienes buscan operar sin dejar huella.”

Y esa fortaleza, precisamente, es lo que la ha vuelto tan atractiva para las bandas criminales. Las comunicaciones no dejan registros, las llamadas son imposibles de interceptar y los mensajes desaparecen en segundos.

El espejismo del anonimato total

Aunque Zangi promete privacidad absoluta, el anonimato nunca es del todo perfecto.
El experto en ciberseguridad César Soto, de Dreamlab, lo explicó así:

“La app tiene versiones premium que requieren pago con tarjeta, y eso genera una traza digital. Cada cuenta, incluso las temporales, está ligada a un dispositivo o correo electrónico. Nada es totalmente invisible.”

Aun así, para el crimen organizado, Zangi sigue siendo la mejor máscara tecnológica. No exige número de teléfono, permite crear perfiles falsos y ofrece módulos de autodestrucción de datos.

El consultor digital Óscar Rojas resumió la magnitud de este fenómeno:

“En los años 80 era la huella digital, en los 90 la sangre, en los 2000 el CCTV. Hoy, el ADN de los crímenes está en los teléfonos. Es el nuevo cuerpo del delito.”

Silicon Valley y el silencio corporativo

Aunque Zangi se publicita como una empresa moderna de comunicación segura, su nombre ahora está asociado a la delincuencia organizada. Secret Phone Inc., la compañía detrás de la aplicación, fue contactada por T13, pero declinó comentar sobre el uso de su tecnología por parte de bandas criminales.

Mientras tanto, las fiscalías de Chile y Argentina siguen rastreando pistas en un terreno casi inexplorable: un mundo digital paralelo, donde los narcos se mueven sin rostro, sin número, sin frontera.

El nuevo rostro del crimen: invisible, digital y encriptado

Zangi es más que una aplicación: es el nuevo lenguaje del crimen organizado.
Lo que antes se planeaba en moteles, en calles oscuras o en cárceles, hoy se coordina con un clic desde un teléfono.
Y mientras las autoridades buscan abrir esas puertas digitales, los narcos ya se comunican desde la sombra, usando una app que nació para proteger la privacidad… pero que terminó blindando el delito.

FUENTE: Reportajes T13.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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