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EL FANTASMA DE LAS FLOTAS CHINAS ACECHA EL MAR CHILENO: LA ARMADA REVELA UN INCREMENTO INÉDITO DE NAVES EXTRANJERAS EN LOS LÍMITES DE LA SOBERANÍA MARÍTIMA

La Comisión de Pesca de la Cámara de Diputadas y Diputados abordó el alarmante aumento de embarcaciones extranjeras, principalmente chinas, que operan al borde de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Chile. En la sesión, la Armada y Sernapesca confirmaron un crecimiento histórico en las fiscalizaciones —117 naves chinas controladas en 2025 versus solo 5 en 2023— y alertaron sobre los desafíos logísticos, tecnológicos y normativos que enfrenta el país para proteger sus recursos marinos. Ambientalistas y expertos urgieron mayor presupuesto, transparencia y cooperación internacional para frenar la pesca ilegal y resguardar la soberanía marítima.

Las sombras en el horizonte: el avance silencioso de las flotas extranjeras

El océano parecía tranquilo, pero bajo esa calma se mueve una tensión invisible. Desde el norte de Arica hasta el extremo austral de Puerto Williams, los radares de la Armada chilena vigilan día y noche un fenómeno que crece como una marea silenciosa: el avance de flotas pesqueras extranjeras —principalmente chinas— al filo de la Zona Económica Exclusiva.

No son rumores ni exageraciones. Los datos son tan fríos como inquietantes: 117 naves chinas fiscalizadas este 2025, frente a las escasas cinco del año 2023. Un salto que evidencia una presión cada vez más intensa sobre los recursos marinos y sobre la capacidad del Estado chileno para defender su soberanía marítima.

“Hoy vemos una actividad más persistente, con mayor tecnología y presencia sostenida”, advirtió el contralmirante Sigfrido Ramírez, director de Seguridad y Operaciones Marítimas, ante la Comisión de Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos del Congreso.

La frontera azul que Chile debe cuidar

En un mapa invisible que solo los satélites y radares conocen bien, 229 embarcaciones poteras —dedicadas a capturar calamar rojo— se mueven en aguas internacionales, dentro del área de responsabilidad de búsqueda y rescate chilena. De ellas, 95 operan frente a Iquique, y al menos ocho ya fueron detectadas dentro de la ZEE, un territorio donde toda pesca extranjera está estrictamente prohibida.

Son buques que iluminan la noche del Pacífico con miles de focos industriales, un brillo espectral visible incluso desde el espacio. Y aunque se mantienen justo fuera del límite legal, su presencia constante es vista como una amenaza directa a los ecosistemas y a la soberanía marítima chilena.

“Cada una de esas luces representa una posible extracción masiva de recursos sin control ni regulación”, señalan desde organizaciones ambientales.

El llamado de alerta desde la Armada y Sernapesca

Durante la sesión parlamentaria, la directora nacional de Sernapesca, María Soledad Tapia, explicó que entre 2024 y 2025 Chile recibió 175 solicitudes de acceso a puertos nacionales, de las cuales 83% pertenecen a naves chinas, 7% a Corea y 3% a países de la Unión Europea. Un 11% fue rechazado por inconsistencias o deficiencias en la información entregada.

Tapia subrayó que la Ley de Pesca y Acuicultura prohíbe cualquier faena extranjera dentro de aguas jurisdiccionales chilenas, salvo para fines científicos, pero reconoció que el control es cada vez más desafiante:

“Estamos enfrentando flotas altamente tecnificadas, con grandes capacidades logísticas y financiamiento de potencias pesqueras. El desafío ya no es solo nacional, es global”.

El eco ambientalista: “Chile necesita más músculo para vigilar su mar”

El director de Campañas de Pesca de Oceana Chile, César Astete, fue categórico:

“Necesitamos más recursos, más transparencia y una actualización urgente de la normativa. Hoy estamos jugando un partido desigual contra flotas que operan en masa y con tecnología de punta”.

Entre las propuestas planteadas ante el Congreso destacan:

  • Revisar y modernizar la legislación pesquera vigente.
  • Aumentar el presupuesto destinado a la Armada y Sernapesca para fiscalización marítima.
  • Transparentar y publicar los reportes de control y seguimiento de flotas internacionales.

Astete agregó que “sin un fortalecimiento institucional, Chile corre el riesgo de perder el control sobre la frontera marítima más extensa y valiosa del Pacífico Sur”.

Una guerra invisible en 26 millones de kilómetros cuadrados

En los centros de control marítimo de la Armada, las pantallas muestran un mapa en constante movimiento. Líneas, puntos y señales luminosas representan embarcaciones que van y vienen.
Son 26 millones de kilómetros cuadrados bajo vigilancia chilena, un espacio que el país custodia como si fuera una extensión líquida de su territorio.

Allí, cada punto en el radar podría ser una nave legal o un cazador furtivo, y la diferencia entre ambas puede decidir el futuro de las pesquerías nacionales y de los ecosistemas del Pacífico.

“Este no es solo un tema de pesca”, enfatizó el contralmirante Ramírez. “Es un tema de soberanía. Cada metro cuadrado del mar chileno es parte de nuestra identidad, y debemos protegerlo con decisión”.

La batalla que recién comienza

El desafío es inmenso. El país enfrenta flotas que cruzan los océanos desde Asia hasta Sudamérica, con sistemas de posicionamiento satelital avanzados, logística oceánica propia y respaldo estatal.
Aun así, Chile ha logrado posicionarse como referente en vigilancia marítima, combinando tecnología satelital, cooperación internacional y fiscalización portuaria.

Pero los números no mienten: la presión crece, el mar se estrecha y las luces en el horizonte se multiplican. Chile libra una batalla silenciosa para proteger sus recursos, su biodiversidad y su soberanía.

Porque, como dijo un oficial durante la sesión, con la mirada fija en los mapas:

“En el mar no hay fronteras visibles… pero todos sabemos cuándo alguien las cruza.”

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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