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EL FANTASMA DE BERNARDA VERA: LA MUJER QUE CHILE DIO POR MUERTA EN DICTADURA Y QUE HOY VIVIRÍA EN ARGENTINA

La historia de Bernarda Rosalba Vera Contardo parecía escrita en piedra. Militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), profesora normalista en Neltume, perseguida por la dictadura y oficialmente detenida y ejecutada el 10 de octubre de 1973 en el puente Toltén, junto a obreros y compañeros de militancia. Su nombre está inscrito en el Informe Rettig y su memoria figura en los muros del Museo de la Memoria. Durante medio siglo, su hija en Chile creyó buscar a una madre muerta.

Pero, ¿qué pasa cuando la historia que un país asumió como verdad se quiebra?, ¿Qué ocurre si la mujer que figura como mártir aparece viva, con otra vida, en otra tierra?

Un reportaje de Chilevisión (CHV Noticias) ha removido los cimientos de la memoria histórica chilena: Bernarda Vera no habría sido ejecutada en 1973, sino que habría escapado, cruzado los bosques del sur hasta Argentina, continuado su huida a Suecia en 1978 y, finalmente, se habría asentado en Mar del Plata, donde hoy vive, silenciosa, tras las persianas cerradas de una casa frente al mar.

La profesora que se volvió sombra

Bernarda tenía 27 años cuando la dictadura la convirtió en objetivo. En el Museo de la Memoria se señala que fue detenida junto a obreros y militantes de izquierda y que, tras un proceso sumario, habría sido fusilada en rebeldía por el asalto al retén de Carabineros de Neltume. Desde entonces, su nombre quedó grabado en el registro de los 1.469 detenidos desaparecidos de la dictadura de Augusto Pinochet.

En Chile, su hija creció buscando rastros de ella, sin más que un acta de defunción simbólica y una pensión por desaparición. El país entero asumió que su destino había sido la muerte.

La fuga que reescribe la historia

El reportaje de CHV Noticias, liderado por los periodistas Luis Narváez y Florencia Valenzuela, reconstruye otra versión: la de la sobreviviente.

Los indicios estaban en la literatura. José Bravo, exmilitante del MIR, relató en un libro cómo un grupo escapó de la detención en 1973 y logró cruzar a Argentina. Entre los nombres mencionados estaba el de Bernarda. Lo mismo ocurre en la biografía de Svante Grände, guerrillero sueco conocido como “Julio”, quien lideró la huida. Allí aparece una mujer bajo el nombre clandestino de “Anita”, que no sería otra que Bernarda Vera.

En 1978, los archivos diplomáticos suecos registran la llegada de Bernarda con un hijo y un nuevo marido argentino. Se le otorgó residencia, documentos de identidad y un hogar entre exiliados. En 1999, abandonó Suecia para radicarse definitivamente en Argentina.

Hoy, los registros legales argentinos la confirman: un DNI con fecha de nacimiento en Chile y matrimonios que borran su pasado chileno para dar paso a otra vida.

El silencio de los vivos

Cuando Chilevisión viajó hasta Mar del Plata y tocó la puerta de la casa donde vive Bernarda, la mujer no quiso hablar. Se encerró tras los muros de su presente, mientras su hijo argentino, con voz breve, solo confirmó el nombre y deslizó que sabían que ese día llegaría.

El contraste es brutal: en Chile, su hija aún cree que la madre está muerta. Consultada por el medio, aseguró que si estuviera viva, “me habría buscado”.

El Estado que no quiso mirar

El caso genera preguntas inquietantes. Según reveló Sandro Gaete, exdetective de la PDI que trabajó en el Plan Nacional de Búsqueda, desde 2007 había antecedentes de que Bernarda Vera podría haber sobrevivido. La información volvió a aparecer en 2024, pero no se tomaron acciones.

¿Por qué no se investigó?, ¿Qué significa para la memoria colectiva que una detenida desaparecida haya escapado? ¿Y qué consecuencias trae para las familias que por décadas lloraron a sus muertos?

¿Desaparecida o sobreviviente?

La historia de Bernarda Vera se mueve entre dos versiones irreconciliables. En Chile, la memoria oficial la inscribe como víctima ejecutada de la dictadura, mártir de un país que aún busca justicia. En Argentina, en cambio, parece haber vivido como sobreviviente, rehaciendo su vida con un nombre distinto, un silencio férreo y un pasado escondido.

El caso no solo cuestiona la forma en que el Estado chileno ha abordado la búsqueda de los desaparecidos, sino también la manera en que se construye la memoria: ¿es posible honrar a los muertos cuando algunos siguen vivos? ¿Qué se hace con los fantasmas que regresan?


El hallazgo de Chilevisión abre una grieta en la narrativa de la dictadura. Bernarda Vera ya no es solo un nombre inscrito en los listados de los caídos, ni solo una mujer viva en una ciudad argentina. Es, sobre todo, un símbolo incómodo de lo que Chile aún no logra resolver: la verdad entera sobre sus desaparecidos.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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