DINAMARCA ENFRENTA UN VUELCO HISTÓRICO: LOS SOCIALDEMÓCRATAS PODRÍAN PERDER COPENHAGUE TRAS MÁS DE UN SIGLO DE CONTROL

Las elecciones municipales de este martes en Dinamarca abren la posibilidad de que los socialdemócratas pierdan Copenhague tras más de un siglo de dominio. La caída en apoyo se atribuye a los altos precios de la vivienda, tensiones con las políticas nacionales y el crecimiento sostenido de partidos alternativos que buscan liderar el ayuntamiento.
La capital danesa, administrada por los socialdemócratas desde 1903, atraviesa un punto de inflexión. Proyecciones de diversos sondeos muestran una caída sostenida del apoyo al partido en los principales distritos urbanos, donde la crisis habitacional se ha vuelto uno de los temas más sensibles.
La candidata oficialista, Pernille Rosenkrantz-Theil —exministra y figura cercana a Frederiksen— enfrenta un escenario adverso pese al respaldo de la cúpula nacional.
Mientras tanto, fuerzas de izquierda como la Alianza Rojo-Verde, Izquierda Verde (SF) y Alternativa aparecen en condiciones de conformar una mayoría sin la participación de los socialdemócratas, algo sin precedentes en la historia reciente de la ciudad.
La vivienda, el detonante central
Copenhague es hoy una de las capitales más costosas de Europa. El alza del precio del suelo, la falta de oferta y la presión inmobiliaria han desplazado a miles de familias hacia las comunas periféricas.
La disputa electoral ha girado en torno a este problema:
- La Alianza Rojo-Verde propone construir 41.000 viviendas adicionales hacia 2040, con una fuerte presencia de unidades públicas y cooperativas.
- Los socialdemócratas, en cambio, han sido cuestionados por su gestión pasada en materia habitacional y por el ritmo lento de nuevas soluciones estructurales.
Analistas daneses coinciden en que el costo de vivir en la capital golpea especialmente a los votantes tradicionales del partido: trabajadores del sector público, profesionales jóvenes y familias de ingresos medios.
Fatiga política y tensiones con la línea nacional
Además de la crisis de vivienda, las políticas nacionales del gobierno también influyen en el clima local. La estrategia más dura en inmigración y cohesión social impulsada por Frederiksen ha provocado divisiones internas y críticas desde la izquierda, que acusa al oficialismo de acercarse a posiciones conservadoras para retener votantes rurales.
Los analistas señalan que esta desconexión entre la agenda nacional y las prioridades urbanas ha debilitado al partido en la capital, donde la población suele tener posiciones más progresistas en temas sociales, climáticos y de planificación urbana.
Un panorama electoral abierto
Según mediciones difundidas por la televisión danesa TV2, la Izquierda Verde, la Alianza Rojo-Verde y Alternativa obtendrían suficientes escaños para negociar una mayoría propia. De confirmarse, figuras como Sisse Marie Welling (SF) se posicionarían entre las principales candidatas a liderar el ayuntamiento.
Rosenkrantz-Theil, por su parte, llega a la jornada electoral con una caída de apoyo sostenida y con cuestionamientos sobre su gestión previa en Asuntos Sociales y Vivienda, un factor especialmente sensible en la campaña capitalina.
Un posible cierre de ciclo
Perder Copenhague no solo significaría ceder el control de la capital, sino también marcar el fin de un ciclo político de más de un siglo en el que los socialdemócratas moldearon la identidad urbana de Dinamarca: desde el auge industrial de principios del siglo XX hasta el actual modelo de ciudad verde, moderna y globalizada.
La elección de este martes podría redefinir el eje político del país y abrir un nuevo capítulo en la administración de la capital escandinava, consolidando un giro en el electorado urbano y un desafío mayor para el gobierno de Frederiksen.







