En Vilas Radio 100.1 FM quisimos ahondar en este tema, pues hay dos formas de mirar el 12 de octubre: Con el vaso medio lleno, o el vaso medio vacío.
Esa es la tesis que nos entregó el historiador y presidente del Centro Cultural Doña Vicenta, Hrvoj Ostojic: «Siendo negativos podríamos señalar que el conquistador español vino a arrasar con el Oro y la Plata, además de imponernos costumbres e importarnos enfermedades como la viruela por ejemplo».
Si somos positivos, para nuestro entrevistado: «Los conquistadores no consideraron a los nativos americanos como esclavos -a pesar que los explotaron trabajando en muchas ocasiones- pero, reitero, nunca fueron tratados como esclavos, a diferencia de lo que hubiese pasado si los conquistadores hubiesen sido otros, como los portugueses u holandeses, quienes fueron despiadados e incluso comerciaban con la esclavitud de los indígenas».
El paso de los españoles nos dejó una notable reducción de la población de este lado del mundo, sólo en la explotación de la plata en el Cerro Rico de Potosí murieron 8 millones de personas. Esto es una muestra de lo mortal que fue la llegada de los españoles a nuestro territorio.
Para Hrvoj, hay una diferencia notable en lo que ocurrió en Centro y Sudamérica, en contra de lo que ocurrió en Norteamérica: «A este lado del mundo llegaron conquistadores que tenían ambición de dinero, querían explotar el oro y la plata, fundieron todo el trabajo de orfebrería que encontraron para convertirlos en lingotes. Para los nativos de este lado del mundo esos metales eran un material que no tenía ningún valor más que el el ornamental, pues era un material débil, blando, que no servía para arar la tierra por ejemplo. Sin embargo, el que llegó a expropiarlo le atribuyó la condición de mercancía».
En contra posición, los que llegaron a Norteamérica lo hicieron «con ganas de ir a trabajar la tierra, a poder vivir, pues eran por lo general personas que llegaban arrancando de persecuciones por tener distinta fe, es distinto el fenómeno»; cerró nuestro entrevistado.
Como saldo positivo, los españoles nos heredaron el idioma hablado por más personas en el mundo, el español castellano; algo que «nos permite trasladarnos por todo un continente y hacernos entender, a diferencia de lo que pasa en el viejo mundo, en donde detrás de cada frontera hay una nueva lengua».