
El termómetro de la economía chilena marcó señales de vida. Tras meses de incertidumbre, el Imacec de septiembre 2025 encendió las luces del optimismo con un crecimiento de 3,2% en comparación con igual mes del año anterior. La cifra, entregada por el Banco Central, revela que el país volvió a mover su maquinaria productiva con fuerza, impulsado principalmente por el dinamismo de los servicios y el comercio, dos sectores que se consolidan como protagonistas de la recuperación.
El noveno mes del año, además, contó con dos días hábiles adicionales respecto de 2024, lo que también empujó la actividad general. Pero más allá del calendario, lo que se encendió fue el consumo, el movimiento en las calles y la confianza en que Chile podría estar dejando atrás la bruma económica.
El despertar del consumo: comercio al alza como en sus mejores tiempos
Las vitrinas volvieron a brillar y los terminales de venta a sonar. El comercio creció un explosivo 10,8% anual, su mejor desempeño en años recientes. Detrás de este salto, el comercio mayorista fue el gran propulsor, movido por un fuerte aumento en las ventas de maquinarias, equipos y alimentos.
El comercio automotor también sumó su propio impulso: las ventas de vehículos y los servicios de mantención repuntaron, marcando un cambio de tendencia tras un largo periodo de desaceleración.
Mientras tanto, el comercio minorista —el de barrio, los supermercados, los locales de vestuario y las plataformas online— mostró un crecimiento sostenido, reflejando una reactivación del consumo de los hogares.
“Se nota más movimiento, la gente está comprando otra vez”, comentó una vendedora del centro de Santiago, en medio de una jornada que recordó a los tiempos previos a la pandemia.
Servicios: el corazón de la economía sigue latiendo
Los servicios aumentaron 3,3% anual, confirmando su papel clave en el crecimiento del país. Las alzas se concentraron en los servicios empresariales, personales y de transporte, sectores que han logrado sostener la actividad incluso cuando la minería se enfría.
De hecho, el Imacec no minero —que refleja la economía sin considerar la extracción de minerales— creció 3,8%, consolidando un ritmo más firme y equilibrado.
En paralelo, la serie desestacionalizada (que elimina los efectos del calendario) mostró un incremento de 0,5% respecto del mes anterior, lo que, según el Banco Central, confirma una tendencia positiva y sostenida durante el segundo semestre.
Minería: el gigante que aún no despierta
No todo fue brillo en septiembre. La producción minera cayó 2,2%, afectada por una menor extracción de cobre, el principal producto de exportación nacional. Esta baja volvió a poner en evidencia la fragilidad de un sector que depende de factores externos, como el precio internacional del metal rojo y las condiciones operacionales de los yacimientos.
Aun así, la minería aportó a la variación mensual desestacionalizada, ayudando a mantener la actividad de bienes con un leve avance de 0,4%.
Industria alimentaria al rescate
Dentro de la producción de bienes, que creció apenas 0,5% anual, el motor principal fue la industria manufacturera, especialmente por la mayor elaboración de alimentos. Panaderías, plantas procesadoras y fábricas de insumos alimenticios marcaron una reactivación que —aunque discreta— comienza a ser constante.
El resto de los bienes, en tanto, retrocedió 0,3%, golpeado por una menor generación eléctrica, una señal de que el costo energético y la menor demanda industrial todavía pasan factura.
Un cierre de trimestre con sabor a recuperación
Con este resultado, Chile completa tres meses consecutivos de expansión económica, una racha que no se veía desde 2022.
El Banco Central adelantó que el 18 de noviembre publicará los resultados preliminares del PIB del tercer trimestre, junto con las revisiones de los periodos anteriores. Analistas proyectan que, si la tendencia continúa, 2025 podría cerrar con un crecimiento superior al 2,5% anual, por encima de lo esperado.
“El comercio y los servicios son hoy el corazón del crecimiento. La gente volvió a moverse, a gastar, a confiar. Esa es la mejor noticia para la economía real”, señaló un economista consultado.
Un septiembre que deja huella
El Imacec de septiembre no solo fue un número; fue una señal de que el país está recuperando su pulso.
Mientras la minería espera su rebrote, el consumo interno y los servicios siguen tirando del carro. En la calle, la economía se siente viva otra vez: los malls llenos, los restaurantes repletos y el transporte retomando su ritmo.
Chile parece despegar lentamente de la pista de la recesión… y aunque el vuelo aún es turbulento, por primera vez en mucho tiempo, el horizonte vuelve a verse claro.







