
Las calles del centro de Iquique viven por estos días un cambio silencioso, pero fundamental. Bajo las veredas levantadas y el ruido constante de maquinaria, avanza una obra que busca asegurar algo tan esencial como el agua. Se trata de la renovación de las redes de agua potable que ejecuta Aguas del Altiplano, intervención que ya registra un 36% de avance y que promete reforzar la infraestructura sanitaria de la capital regional.
Obras bajo tierra en pleno casco histórico
El proyecto abarca un amplio polígono del centro, delimitado por calles emblemáticas como Patricio Lynch, Obispo Labbé, Bolívar, Aníbal Pinto, Luis Uribe y Ernesto Riquelme, en los tramos comprendidos entre avenida Prat, Orella y Ramírez. Allí, cuadrillas trabajan desde mayo en la instalación de nuevas tuberías, el movimiento de tierra y la reposición de aceras, todo en un entorno donde conviven residencias, comercio y oficinas.
Hasta la fecha, 539 metros de cañerías han sido reemplazados, de un total proyectado de 978 metros. “Hoy las labores se concentran en calle Obispo Labbé, donde además de la instalación de tuberías se trabaja en la confección de aceras. Es parte del proceso integral de reposición de la red”, detalló Luis Recabarren, jefe del Departamento de Obras de la sanitaria.

Mejorar la calidad de vida desde lo invisible
Aunque los trabajos no siempre son bien recibidos por quienes circulan a diario por el centro, la sanitaria insiste en que se trata de una inversión clave. La meta es mejorar la continuidad y calidad del servicio, reduciendo riesgos de roturas y cortes inesperados en sectores donde las cañerías tienen décadas de uso.
Recabarren recalca que la intervención no solo responde a necesidades actuales, sino que también prepara a la ciudad para su crecimiento futuro: “Estamos acompañando la expansión urbana con redes más modernas y seguras. Es una apuesta por la calidad de vida de los vecinos y vecinas de Iquique”.
Comunicación con la comunidad
Antes de iniciar las faenas, Aguas del Altiplano informó a los residentes y locatarios de los cuadrantes afectados sobre los plazos, las etapas del proyecto y los posibles inconvenientes. Desde entonces, la empresa mantiene canales de comunicación abiertos para atender consultas y coordinar medidas que mitiguen el impacto de la obra.
Una inversión de largo aliento
Los trabajos tienen un plazo estimado de 180 días, lo que significa que se extenderán hasta fines de este año. La iniciativa forma parte del plan de inversiones regional de la sanitaria, que contempla diversas obras para reforzar la seguridad del suministro en ciudades del norte.
Mientras tanto, en la superficie, los iquiqueños esquivan zanjas y maquinaria; bajo tierra, el futuro de su agua potable se va cimentando metro a metro.