En una operación que sacudió la madrugada ariqueña y dejó al descubierto una nueva forma de lucrar con la salud pública, detectives de la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), protagonizaron un golpe quirúrgico contra un silencioso pero rentable mercado clandestino: el tráfico masivo de jarabes con codeína, medicamentos controlados que se transforman en mercancía adictiva, codiciada en el bajo mundo.
La ofensiva policial, desarrollada en coordinación con la Unidad de Análisis Criminal y Focos Investigativos de la Fiscalía Local, reveló una red que operaba con precisión casi empresarial, utilizando envíos de encomiendas como escudo para trasladar su mercancía desde la Región Metropolitana hasta el extremo norte del país.
UNA RED QUE DISFRAZABA DROGA COMO MEDICINA
Durante meses, según fuentes investigativas, se rastrearon paquetes, remitentes, destinatarios y movimientos sospechosos. Cada frasco no era simplemente un jarabe para la tos; su principio activo —codeína— los convertía en una droga que puede producir dependencia, con un alto valor en el comercio ilegal, especialmente entre jóvenes y consumidores habituales.
El subprefecto José Vergara, jefe de la Brigada Antinarcóticos en Arica, graficó el fenómeno con claridad inquietante:
“Los envíos se realizaban desde la capital para ser comercializados de manera ilícita a consumidores ariqueños”, explicó.
Los paquetes incautados provenían de manos expertas. Nada estaba dejado al azar. Todo tenía un patrón: camuflar fármacos para que viajaran sin levantar sospechas.
EL OPERATIVO: UN QUIEBRE EN LA CADENA
Cuando la investigación alcanzó el punto de quiebre, la PDI se desplegó en la Región Metropolitana. El resultado fue contundente: cuatro personas detenidas —tres hombres y una mujer— todos chilenos, acusados de ser el eslabón proveedor que alimentaba el flujo hacia Arica.
Pero la red no solo traficaba jarabes controlados:
- cannabis sativa a granel,
- vaporizadores con resina de cannabis,
- comprimidos de éxtasis
también formaban parte del arsenal comercializado.
Y el golpe más simbólico: 25 frascos de jarabe con codeína fueron confiscados, una evidencia que cierra el círculo delictual y muestra la magnitud del negocio.
TRIBUNALES AL MANDO
Los imputados ya están en manos de la justicia. Por instrucción del Ministerio Público, fueron trasladados al Juzgado de Garantía para control de detención y formalización.
¿POR QUÉ ESTO IMPORTA?
Porque no se trata de simples medicamentos.
Se trata de:
- salud pública vulnerada,
- narcotráfico disfrazado,
- adicciones fomentadas,
- redes que innovan para burlar al Estado,
- jóvenes y consumidores captados por sustancias que se consiguen sin disparar armas.
Este caso expone un fenómeno silencioso: la mutación del tráfico de drogas hacia medicamentos de uso cotidiano, explotando el sistema de encomiendas y el anonimato digital.
Arica, puerta norte del país, vuelve a quedar en el mapa del delito organizado.
Pero también, esta vez, en el mapa del golpe policial estratégico que frustra la expansión de un mercado que aprovechaba la vulnerabilidad y la necesidad.
Un operativo que desnuda una verdad: en el narcotráfico moderno, hasta un jarabe puede convertirse en arma.
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